Diez países europeos piden crear una patente comunitaria sin España e Italia

  • Un total de 10 Estados miembros -Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Eslovenia y Suecia- han pedido oficialmente a la Comisión Europea avanzar sin España e Italia en la creación de una patente comunitaria que reduzca los costes para los innovadores.
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Un total de 10 Estados miembros -Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Eslovenia y Suecia- han pedido oficialmente a la Comisión Europea avanzar sin España e Italia, mediante una 'cooperación reforzada', en la creación de una patente comunitaria que reduzca los costes para los innovadores.

A la solicitud se sumarán en breve otros dos países, según ha anunciado el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, que no los ha identificado, aunque Reino Unido e Irlanda ya habían defendido lanzar esta 'cooperación reforzada'.

Madrid y Roma vetan el acuerdo sobre la patente por considerar que discrimina al español y al italiano, ya que su régimen lingüístico se basa en francés, inglés y alemán.

Barnier ha anunciado que la Comisión está "dispuesta a iniciar el procedimiento" y que, una vez los Veintisiete autoricen la 'cooperación reforzada', presentará una nueva propuesta de patente basada en el último texto de compromiso de la presidencia belga, que fue rechazado por España e Italia.

"No habrá ninguna discriminación para ninguna empresa de un país que no se una enseguida a la cooperación reforzada. Todas las empresas europeas podrán utilizar esta patente cuando exista, incluso aunque estén situadas en un país que no participa en la cooperación", ha asegurado el comisario de Mercado Interior.

El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido afirmó el pasado 11 de noviembre que "la 'cooperación reforzada' no es una salida para esto, hay que encontrar una fórmula que contente a todos". Además, a su juicio una 'cooperación reforzada' en temas relativos a la propiedad intelectual es "difícil" porque el Tratado sólo la permite "cuando no esté afectado el mercado interior".

La Comisión sostiene que el régimen actual de patente, que obliga a un registro en cada Estado miembro, es 10 veces más caro que el de Estados Unidos y supone un freno al crecimiento económico.

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