Dominik Moll convierte a Vincent Cassel en el torturado Ambrosio, "El monje"

  • El director franco-alemán Dominik Moll ha presentado en San Sebastián, norte de España, su cuarto largometraje, "El monje", adaptación de un relato romántico-gótico del siglo XVIII, en el que brilla el francés Vincent Cassel como el atormentado hermano Ambrosio, seducido y llevado a las sombras por el mismísimo diablo.

San Sebastián (España), 23 sep.- El director franco-alemán Dominik Moll ha presentado en San Sebastián, norte de España, su cuarto largometraje, "El monje", adaptación de un relato romántico-gótico del siglo XVIII, en el que brilla el francés Vincent Cassel como el atormentado hermano Ambrosio, seducido y llevado a las sombras por el mismísimo diablo.

La novela, explica el director en una entrevista con EFE realizada en el centro donostiarra Kursaal, epicentro del Zinemaldia, fue todo un escándalo en su momento, porque hablaba específicamente de las relaciones sexuales de un monje, algo que hoy en día sigue siendo tabú.

"El monje" cuenta con estructura de thriller místico el ascenso y caída de Ambrosio, un increíble y piadoso orador que ha crecido al cuidado de los monjes capuchinos tras ser abandonado a las puertas del monasterio, cuyos sermones atraen al monasterio catalán de Santa Cruz a centenares de personas de los más lejanos lugares.

Moll explica que su adaptación del clásico es "una especie de cuento de hadas" que deja bastante a la imaginación.

"Me cautivó por su atmósfera mágica y por su tono sumamente cinematográfico", apunta, y añade que también le sedujo para llevar adelante el guión "la parte crítica de Matthew Lewis sobre la hipocresía de la religión católica en España en aquel momento en el que tenía tanto poder".

Y la rodó en España, aparte de que son los escenarios originales de la novela, por la "fascinación" que le producen a este ateo confeso las catedrales, los peregrinos, la imaginería y las procesiones.

"Sentí que visualmente podía darle un aire surrealista que me venia muy bien para la película", confiesa.

En su encierro capuchino, el atormentado Ambrosio debe vérselas nada menos que con el diablo en una de sus formas más bellas: la tentación, la preciosa Déborah François, que intentará (y logrará) arruinarle la vida.

"Vicent -señala Moll- suele hacer papeles muy dinámicos, es muy extrovertido, tiene muchísima energía, y me pareció interesante hacerle controlar toda esa fuerza en contener a Ambrosio, todas sus emociones y sus pulsiones; era un cambio interesante, que a él le gustó bastante"

Si bien, ésta es sólo una enviada del auténtico diablo, que encarna el catalán Sergi López, con el que ya trabajó Moll en "Harry, un amigo que os quiere" (2000).

Aunque en la película aparecen otros "demonios", como la despiadada madre abadesa que interpreta Geraldin Chaplin.

En el reparto están además, Jordi Dauder, Josephine Japy, Roxana Duran y Javivi, muy creíble en su papel de hermano Andrés, además de la música impagable del compositor Alberto Iglesias, que ilustra, fotograma a fotograma la pasión, el terror y la culpa a partes iguales.

"Aunque no tienen el mismo poder de antes -comenta Moll- todavía hay muchas cosas de la iglesia católica que no se pueden criticar, lo encuentro estúpido y ridículo, pero no era mi propósito criticar a la religión católica en mi película".

Es más, añade con una sonrisa, "la cinta es bastante católica, porque al final, lo que busca Ambrosio es la redención y vende su alma al diablo para salvar a su hermana", un buen motivo, o al menos menos egoísta que los que estamos habituados a ver, bromea.

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