El BCE ha sido blanco de críticas y presiones por la compra de deuda soberana

  • dic.- El Banco Central Europeo (BCE) ha sido blanco de críticas y enormes presiones por la compra de deuda soberana, medida con la que ha querido afrontar la crisis de endeudamiento de la zona del euro, en un año en el que también ha cambiado su presidente.

Arantxa Iñiguez

Fráncfort (Alemania), -- dic.- El Banco Central Europeo (BCE) ha sido blanco de críticas y enormes presiones por la compra de deuda soberana, medida con la que ha querido afrontar la crisis de endeudamiento de la zona del euro, en un año en el que también ha cambiado su presidente.

En 2011, el que sin duda ha sido hasta ahora el año más difícil para el BCE desde su creación, de nuevo han sido controvertidas sus decisiones sobre los tipos de interés, como en 2008.

El BCE subía en abril y julio el precio del dinero de forma moderada hasta el 1,5 % -por posibles presiones inflacionistas- pero se veía obligado a bajarlo en noviembre y diciembre ante la amenaza de una recesión en la zona del euro.

El banco europeo, todavía presidido por el francés Jean-Claude Trichet, subía en abril su tasa rectora en un cuarto de punto por primera vez desde julio de 2008 -tras haberla mantenido en el 1 % desde mayo de 2009-.

En septiembre, el BCE se retractaba e indicaba el fin de este ciclo alcista de los tipos de interés debido a la intensificación de las tensiones en los mercados financieros a finales de julio y agosto por el contagio de la crisis de endeudamiento soberano a Italia y España.

La rentabilidad de la deuda soberana de Italia y España alcanzaba el 7 % y las prima de riesgo respecto al "Bund" (bono alemán a diez años) superaba los 500 puntos básicos, el nivel a partir del cual se decidió rescatar a Grecia, Portugal e Irlanda.

El nuevo presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, acometía en noviembre el primer recorte moderado de los tipos de interés y en diciembre el segundo hasta dejarlos en el 1 %.

Como ocurrió en 2008, algunos expertos criticaron que el BCE incrementara el precio del dinero, ante unas supuestas presiones inflacionistas, en un momento de incertidumbre económica y tensiones en el que algunos países de la zona del euro ya sufrían serias dificultades de financiación.

Pero el programa de compra de deuda soberana de los países del euro ha sido la mayor fuente de críticas, desavenencias y presiones tanto en el seno como fuera de la entidad.

El BCE introdujo en mayo de 2010 un programa de compra de deuda soberana para ayudar a Grecia a refinanciarse y posteriormente también a otros países con dificultades de financiación como Portugal e Irlanda, pese a la oposición del Bundesbank.

El 8 de agosto de 2011 el BCE amplió este programa para asistir a España e Italia, que estaban siendo penalizados fuertemente en los mercados.

En febrero Axel Weber, que había presidido el Bundesbank desde el 30 de abril de 2004, anunciaba su retirada y su renuncia a la candidatura a la presidencia del BCE dado su rechazo a este programa.

En septiembre, tras la ampliación del programa, el economista jefe del BCE, el alemán Jürgen Stark, anunciaba su dimisión por motivos personales, pero también era conocida su oposición a que el BCE compre deuda pública por el temor a que suba la inflación y considerar que es una competencia de política fiscal y no monetaria.

Pese a presiones de muchos países como España e Italia, el BCE se ha opuesto hasta ahora comprar grandes cantidades de deuda soberana para calmar a los mercados.

El Bundesbank apoya los intentos del Gobierno alemán de lograr una mayor integración política, incluida la transferencia de soberanías nacionales, para solucionar la crisis.

Los principales bancos centrales del mundo (EEUU, zona del euro, Reino Unido, Japón, Canadá y Suiza) facilitaron en septiembre liquidez en dólares en una acción concertada, que se repetía el 30 de noviembre, para apoyar el sistema financiero global y reducir las tensiones en los mercados debido a la falta de determinación política para solucionar la crisis de deuda soberana europea.

Con Draghi en la presidencia, el BCE decidía establecer un segundo programa de adquisiciones de bonos garantizados, como ya había hecho en 2009, y prestar a los bancos toda la liquidez que necesiten en dos operaciones con vencimiento de tres años.

Además, el BCE redujo el coeficiente de caja que exige a los bancos de la zona del euro desde el 2 % hasta el 1 %, lo que liberará 100.000 millones de euros, y aceptará como garantía en sus operaciones de refinanciación créditos hipotecarios y a pymes, lo que facilitará el acceso a la liquidez de entidades de crédito pequeñas.

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