Santiago de Compostela.- Juan García, capitán del 'Bermeo Tarrak', el atunero fondeado desde hace más de quince días en la Ría de Arousa sin poder arribar a puerto, criticó hoy en declaraciones a Efe las "condiciones infrahumanas" en las que subsiste su tripulación, después de quedarse sin agua a bordo.
Tras diecisiete días fondeados frente a Pobra do Caramiñal (A Coruña) por culpa de un problema judicial de la empresa armadora, sobre la que pesa una orden de embargo, "todo sigue igual" para sus 25 tripulantes, relató García, que añadió que sólo les queda combustible para "dos o tres días", necesario para conservar en frío la carga de 300 toneladas de atún.
"Si se pierde la carga no vamos a ver un duro", recalcó García, quien lamentó que las autoridades judiciales "hayan tomado la decisión de parar el barco sin antes consultar la situación de la tripulación y el estado del propio barco".
García reclamó una solución por "humanidad", puesto que, si bien él es natural de A Pobra y puede acercarse hasta su casa, los tripulantes africanos "están prácticamente en una cárcel", al no "tener respuesta" de cuando podrán retornar a sus países.
Aseguró que, aunque el armador está negociando para poder llevar el barco a puerto, "todo está en manos del juez" y lamentó estar en esa "situación de incertidumbre", en la que "no se sabe exactamente que va a pasar".
El capitán subrayó que la situación en la que se encuentra el atunero les obliga a "estar todo el tiempo pendientes de él", y alertó de los "destrozos que podemos causar" al estar fondeados en la zona.
De hecho, apuntó que tras pasarse toda la noche de ayer de guardia, no pudieron evitar que los vientos registrados en la Ría produjesen que el barco causase daños en una batea cercana.
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