El carburador contra la crisis o la experiencia para encontrar coches baratos

Corría el año 2003 cuando a Rodrigo Ortega se le ocurrió la idea de montar una web en la que se pusiera en contacto a compradores y vendedores de coches. Y a pesar de que aquella era una época en la que ya se decía, de forma nada premonitoria, que ya estaba todo inventado en Internet, cosechó un éxito modesto pero duradero del que todavía disfruta a pesar de la recesión económica, y que le ha llevado a montar varias oficinas físicas

"Sí, en 2009 hemos vendido un quince por ciento más que en 2008. Y el 2010 lo hemos comenzado mejor que el 2009. Es indudable que el sector se ha beneficiado por la crisis en cuanto a número de vehículos vendidos. Pero hay que tener en cuenta que ahora se vende más barato. Y desde luego no nos estamos haciendo ricos", matiza Ortega, con el cargo de gerente de motorserver.com, quizás evitando sacar pecho frente a toda aquella población a la que no va tan bien.

Lo que mantiene arriba a un negocio como éste es la capacidad de sus trabajadores buscar buenas ofertas atendiendo a las nuevas demandas, adaptándose al nuevo perfil de clientes. "Nuestro valor diferencial sigue siendo que encontramos buenas oportunidades, que suelen llegar ahora de clientes que por sus circunstancias necesitan deshacerse de su coche. Y nosotros ya sabemos si son buenas o no, al instante: nuestra base de datos está más en nuestra cabeza que en la web", se vende Ortega añadiendo que se preocupan de que en las operaciones no haya problemas.

Pero la facturación de motorserver.com no sólo se debe a la venta de coches, objetivo principal para el que se creó, y en el que nos les gusta decir que van a comisión, si no que "venden a éxito". "En seguida vimos, de forma interactiva, que nuestros clientes pedían más ayuda: en temas de seguros, en gestiones, asesoramiento o en garantías. Pasamos de ser una empresa sólo anunciadora a una de servicios", recuerda.

El siguiente paso fue crear una oficina física, en Burgos, al poco. Y en los últimos tiempos dio el salto al franquiciado, con dos nuevas oficinas, en Valladolid y en Zamora, de momento. "La gente no se atre y los bancos no daban préstamos. Así que tuvimos que optimizar costes, aunque ampliando la estructura: comenzamos a trabajar con agentes por toda España, a los cuales les dimos más margen de ganancia y nos bajamos el nuestro. Al fin y al cabo son los responsables de sus zonas para bien y para mal", cuenta Ortega, a la vez que indica que si por un lado ganan menos, su viabilidad aumenta. Y pone el ejemplo de sus dos trabajadores que al dejar de tener contrato laboral y pasar a ser autónomos ganan más que antes.

Rodrigo Ortega está satisfecho con lo logrado hasta ahora y cree en ello se nota. "Un coche de primera mano es un lujo hoy en día para muchas familias. Y en la segunda mano el nivel de exigencia ha subido. La gente, cuanto menos tiene, más quiere. Y nosotros tenemos que darles lo máximo, cuando llegan con sus ahorros".

Los coches 'mileuristas'

El concepto de coche 'mileurista', acuñado hace no mucho, hace referencia a aquellos que rondan ese precio, arriba o abajo, y según  nos asegura Rodrigo Ortega, no son tartanas, aunque sean antiguos y tengan muchos kilómetros.

"Hemos vendido vehículos de hasta 820 euros. Es cuestión de encontrar al que lo demanda, al que le va solucionar un problema. Hay gente que no puede más aunque quiera. Y suelen ser coches, curiosamente, muy cuidados", cuenta.

El plan2000E también ayuda en la segunda mano de vehículos

Desde la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (GANVAM), que representa a 2.400 concesionarios y 3.000 compraventas, afirmaba esta semana que las entregas de coches usados superaron en un 20% a las de automóviles nuevos, ya que por cada coche nuevo matriculado se vendieron 1,2 automóviles de ocasión, cifras que igualan a las de 2007.

Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de Ganvam, cree que se debe al efecto dinamizador del Plan 2000E, que si bien fue puesto en marcha para la venta de coches nuevos, ha podido dinamizar de forma indirecta, la de los usados.

Y augura Rodrigo Ortega que tras la crisis el comprador seguirá acudiendo a la segunda mano, y seguirá siendo muy exigente. En ese caso, le seguirá yendo bien.