El consumo privado mantiene a Alemania como motor de una Europa en crisis

  • Alemania se mantuvo como motor económico de la eurozona en 2014, pese a la debilidad de sus socios europeos y a la crisis de Ucrania, y creció un 1,5 % gracias al aumento del consumo privado, la inversión y las exportaciones.

Juan Palop

Berlín, 15 ene.- Alemania se mantuvo como motor económico de la eurozona en 2014, pese a la debilidad de sus socios europeos y a la crisis de Ucrania, y creció un 1,5 % gracias al aumento del consumo privado, la inversión y las exportaciones.

Así lo explicó hoy la Oficina Federal de Estadística (Destatis) al dar a conocer los principales indicadores del año pasado, que perfilan un cuadro macroeconómico no brillante pero sí sólido, especialmente en comparación con la lánguida situación del resto de Europa.

El presidente de Destatis, Roderich Egeler, indicó que la economía alemana mostró una "constitución fuerte" el año pasado y que, tras el frenazo experimentado en verano fruto del estancamiento europeo y la escalada de la violencia en el este de Ucrania, logró estabilizarse en la recta final del ejercicio.

Tras repuntar un 0,8 % en el primer trimestre, la economía alemana se contrajo un 0,1 % en el segundo, para más tarde volver a crecer un 0,1 y un 0,25 % en el tercer y cuatro semestre, respectivamente.

El avance del producto interior bruto (PIB) es superior a las últimas previsiones del Ejecutivo, el Bundesbank (banco central alemán) y los institutos de estudios económicos, que se situaban en un horquilla entre el 1,2 y el 1,4 %; pero se encuentra aún lejos de las más optimistas de principios del año pasado, entre el 1,7 y el 1,9 %.

El crecimiento estuvo espoleado "especialmente por el consumo interno", agregó Egeler, que supuso el mayor aporte al PIB (0,8 %), mientras que "las inversiones y el comercio exterior contribuyeron sólo en menor medida", un 0,3 y un 0,4 %, respectivamente.

En concreto, el consumo privado se incrementó un 1,1 % con respecto al año anterior, mientras que el gasto del Estado subió un 1,0 % y la inversión repuntó un 3,7 % (con lo que la cuota de inversiones con respecto al PIB se elevó hasta el 20 %, según el nuevo modelo de cálculo comunitario).

Las exportaciones aumentaron, por su parte, un 3,7 % en términos interanuales y las importaciones se elevaron en un 3,3 %, con lo que el aporte del sector exterior -un puntal tradicional de la economía alemana- al crecimiento se situó en el 0,4 %.

Por sectores, destacó el avance del sector primario -agricultura, ganadería y pesca-, que aumentó un 6 %, y de la construcción, que subió un 2,7 %, ambos gracias a la suave climatología que caracterizó al pasado invierno.

En cuanto al mercado laboral, Destatis elevó la cifra de personas con empleo a 42,7 millones, lo que significa 371.000 puestos de trabajo más que el año anterior o un incremento del 0,9 %. Éste es el octavo aumento anual consecutivo y el máximo histórico de Alemania desde la reunificación.

Además, los salarios netos ganaron un 2,4 % (y los brutos un 2,7 %), la productividad del trabajo permaneció casi estancada (y la productividad per cápita avanzó un 0,6 %) y los costes unitarios se elevaron entre un 1,8 y un 1,9 %, dependiendo de la forma de medición, una tasa inferior a la de años anteriores.

Por su parte, la tasa de desempleo cayó hasta el 6,7 % en 2014, por debajo de los tres millones de personas, en mínimos desde el fin de la II Guerra Mundial, según informó recientemente la Agencia Federal de Empleo (BA).

La inflación sostuvo una evolución "moderada" y aumentó un 0,9 %, frente al 1,5 % del ejercicio previo, marcada por la caída de los precios del petróleo y los combustibles.

Las cuentas del Estado -que incluye al gobierno federal, los "Länder", los municipios y la caja de la seguridad social- cerraron 2014 con un superávit de 11.900 millones de euros, lo que supone el equivalente al 0,4 % del PIB, según Destatis.

Este dato viene sustentado por el anuncio, este martes, del Ministerio de Finanzas, en el que indicó que el Gobierno federal había concluido 2014 con un pequeño superávit, frente a la previsión de un ligero déficit.

Así, Alemania creció en 2014 por encima de la media de la eurozona (0,8 %) y de la Unión Europea (1,3 %), aunque claramente por debajo de Estados Unidos, cuya economía avanzó un 2,2 %.

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