El elefante indio ralentiza su crecimiento económico y siembra dudas

  • La notable desaceleración en el crecimiento de la economía india ha sembrado dudas sobre las aspiraciones de esta potencia emergente, y los expertos instan al Gobierno a impulsar reformas que devuelvan a la senda de la bonanza.

Igor G. Barbero

Nueva Delhi, 2 jun.- La notable desaceleración en el crecimiento de la economía india ha sembrado dudas sobre las aspiraciones de esta potencia emergente, y los expertos instan al Gobierno a impulsar reformas que devuelvan a la senda de la bonanza.

Nunca en su historia había crecido la India tanto como en la última década, pero el dato anunciado esta semana (un 5,3 % entre enero y marzo), el peor trimestral en nueve años, ha situado el aumento del PIB en el pasado curso fiscal 2011-12 en un magro 6,5 %.

La cifra está muy por debajo de los objetivos iniciales, que eran cercanos al 8,4 % registrado en los dos ejercicios fiscales anteriores y al rendimiento real del otro gigante asiático, China.

El dato es incluso inferior al 6,7 % del año 2008-09, cuando la economía india se vio lastrada por las consecuencias del terrorismo interno y sobre todo por la crisis financiera global, de la que entonces pareció levantarse rápido.

"Es el (crecimiento) más bajo de la época contemporánea", reconoció el jueves el ministro indio de Finanzas, Pranab Mukherjee.

El ministro achacó el resultado al pobre rendimiento del sector manufacturero, el de mayor peso, pero obvió que ni siquiera el sector servicios aumentó al ritmo esperado, y la agricultura, que emplea a dos tercios de la población, solo creció un 1 %.

A plantar sombras ayuda además la situación poco halagüeña de otros indicadores como el descenso en la producción industrial, la gran inflación y devaluación de la rupia frente al dólar, el enorme déficit fiscal y comercial, o la caída de la inversión extranjera.

"El desafío inmediato para la India es calibrar apropiadamente las políticas macroeconómicas para evitar que los riesgos de las economías desarrolladas afecten a nuestra economía", dijo ayer el ministro de Comercio, Anand Sharma, según un comunicado.

Sharma apostó por "mantener crédito disponible para la actividad industrial" y por "proveer un clima de inversión que favorezca la llegada de capitales extranjeros".

Según algunos analistas, la actividad industrial se ha visto mermada en parte por una política continuada del banco central de subir los tipos de interés para frenar la galopante inflación, sobre todo alimentaria.

El pasado abril, la institución bancaria bajó los tipos medio punto por primera vez en tres años.

Por su parte, la confianza internacional ha perdido enteros ante la percepción de que la presión de aliados regionalistas lleva al Gobierno a retrotraerse en decisiones como los subsidios al petróleo o la apertura a capital extranjero del sector minorista multimarca.

"El Gobierno tiene que gobernar, implementar políticas, y no puede dejarse influir tanto por los socios de coalición", afirmó a EFE el analista Anjan Roy, consejero de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de la India.

Roy se mostró optimista -"el crecimiento debería seguir siendo alto en el futuro"- pero admitió que hay "elementos estructurales" que lastran el rendimiento económico, más relacionados con asuntos internos, como la inflación, que con la situación internacional.

"El Gobierno necesita cambiar el pensamiento de que se crecerá al 6 o 7 % pase lo que pase. Hay virtualmente algo de preocupación en cualquier sector. Es tiempo para la reforma", opinó Harsh Mariwala, director de una importante empresa india, citado por la prensa.

A la petición de reformas se unió el presidente la Confederación de Industria India, Adi Godrej, quien, aparte de recetas ya mencionadas, propuso diversificar las exportaciones hacia mercados emergentes o corregir retrasos en la creación de infraestructuras.

Entretanto, muchos activistas aprovechan para subrayar que cualquier fórmula para reactivar el crecimiento no debería pasar por alto la urgente necesidad de aumentar la inclusión social en un país con acuciantes desigualdades.

Gran parte de los 1.210 millones de habitantes vive en condiciones de pobreza y subdesarrollo, unos índices que solo se corrigen marginalmente y son caldo de cultivo para que la India siga teniendo un ejército de trabajadores analfabetos y poco cualificados.

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