El FMI reduce en un 30% la previsión de crecimiento para España

  • El Fondo Monetario Internacional advierte de una recuperación mundial a dos velocidades: los países emergentes tiran con fuerza mientras los ricos se quedan rezagados. Este retraso es especialmente significativo en España, que sólo crecerá un 0,8% el próximo año.
lainformacion.com

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reabajado en un 30% su pronóstico de crecimiento para España en 2011, hasta el 0,6%, menos de la mitad de lo que augura el Gobierno, cuyas las cifras oficiales hablan de un crecimiento del 1,3%, tras haber reducido el efecto de su programa de reducción del déficit. En abril, en cambio, el Fondo había previsto un crecimiento del 0,9%.

Pese a la inestabilidad de los mercados y la subida de las primas de la deuda española, el organismo ha dejado sin cambios su cálculo para este año, en el que a su juicio la economía española continuará en recesión, al encogerse en cuatro décimas, una más que lo previsto por el Gobierno.

Sus nuevas cifras, contenidas en un informe divulgado esta madrugada en Hong Kong, se parecen más a las de la Comisión Europea, que en mayo pronosticó una contracción del 0,4% en España, este año, y un crecimiento del 0,8 por%, en 2011.

El FMI cree que la crisis de la deuda en Europa ha tenido efectos "modestos" por ahora en la actividad económica en el continente, por lo que dejó prácticamente sin cambios sus pronósticos para este año en la región.

En cambio, ha reducido sus cálculos para 2011 en todos los países europeos grandes. Tras revisar sus números, calcula que la zona euro crecerá un uno por ciento, este año, y tan sólo tres décimas más el que viene, lo que la coloca a la zaga del mundo desarrollado.

En su conjunto, el planeta crecerá un 4,6%, este año, cuatro décimas más que lo previsto por el FMI en abril, gracias principalmente al empuje de Asia. China avanzará más de un 10% e India quedará alrededor de un punto porcentual por detrás, mientras que en América Latina el PIB de Brasil superará el 7% este año.

Se trata, pues, de una recuperación a dos velocidades, en la que los mercados emergentes tiran con fuerza, mientras que los países europeos se quedan rezagados incluso del grupo de naciones ricas que van más lentas.

En sus cálculos, el FMI asume que los mercados europeos se tranquilizan y el nerviosismo se disipará progresivamente, pero existe el riesgo de que esté equivocado, como admite el propio organismo.

Actualmente la incertidumbre sobre la cartera de títulos de deuda pública en los balances de los bancos europeos hace que las entidades estén menos dispuestas a prestarse unas a otras, según ha explicado la institución.

Al mismo tiempo, se ha constatado un "colapso" en la emisión de bonos por parte de las empresas, más agudo incluso que tras la bancarrota del banco de inversión Lehman Brothers, en el 2008, que fue el desencadenante de los momentos de mayor pánico a nivel mundial.

Estas circunstancias revelan la "fragilidad" en los mercados, que se vería trastocada si vuelve la inquietud sobre el nivel de deuda de los países europeos y sus perspectivas de crecimiento, alertó el FMI.

El empeoramiento de las condiciones financieras provocaría una reducción del crédito, minaría la confianza de las empresas y los consumidores, y hundiría el euro, a su juicio.

Esa espiral nefasta se extendería al resto del mundo por los vínculos financieros y comerciales con Europa, y bajaría el crecimiento del planeta en 1,5 puntos porcentuales, ha predicho el Fondo.

Otro riesgo, aunque menor, es una reducción de la demanda debida a unos planes de ajuste fiscal "excesivamente profundos o mal diseñados".

Para prevenir que esos escenarios adversos se materialicen, el FMI ha recomendado a la zona euro hacer "totalmente operativo" el mecanismo de estabilidad capaz de movilizar 440.000 millones de euros para respaldar la deuda de sus miembros.

Al Banco Central Europeo (BCE) le pidió seguir comprando bonos públicos, pues "los mercados aún no están convencidos de su compromiso de aumentar las adquisiciones si fuera necesario".

También solicitó planes para dotar de capital a los bancos que salgan mal parados de las pruebas de resistencia que serán publicadas este mes y para desmantelar a los que sean muy débiles.

En el terreno fiscal, el FMI insistió en que los países ricos deben anunciar metas de reducción de déficit durante varios años, bajadas permanentes del gasto y reformas de los sistemas de pensiones y de salud que les permitan ahorrar dinero público.

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