El Gobierno apuesta por los 'minijobs' para reanimar la creación de empleo en España

    • Elimina barreras legales a la ampliación de la jornada y mejora los incentivos fiscales a los contratos a tiempo parcial que se hagan a desempleados.
    • El número de trabajadores con jornada reducida se ha incrementado en 250.000 personas con los incentivos legales y fiscales del Gobierno a estos contratos.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, junto al presidente de CEOE, Juan Rosell.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, junto al presidente de CEOE, Juan Rosell.

"El contrato a tiempo parcial se va a convertir en el contrato estrella de la recuperación económica". Así de claro lo manifestaba hace unos días el presidente de CEOE, Juan Rosell, en un encuentro con periodistas, tras ser interrogado sobre las medidas que debía desarrollar el Gobierno para mejorar la capacidad del país para generar empleo.

Rosell ha negociado personalmente en las últimas semanas con la ministra de Empleo, Fátima Báñez, las mejoras a introducir en el contrato a tiempo parcial para convertirlo en una figura realmente útil para los empresarios y transformarlo, como ya sucediera en Alemania hace una década, en un trampolín para la creación de nuevos puestos de trabajo.

¿Qué es lo que le pedían los empresarios a la ministra? Tres cosas, básicamente. En primer lugar, poder convertir unilateralmente contratos a tiempo completo en contratos a tiempo parcial cuando concurrieran causas económicas, técnicas, organizativas o de producción que lo justificaran, y cuando esta modificación supusiera una alternativa a eventuales despidos objetivos.

Además, CEOE pedía al Gobierno mayor flexibilidad a la hora de estirar la jornada de sus empleados a tiempo parcial. Por un lado, incrementando el volumen de horas complementarias (distintas de las horas extra) que se pueden pactar con el trabajador, que en la actualidad la ley restringe a un 15% de la jornada ordinaria (tres horas semanales en un contrato de media jornada, por ejemplo) y que los empresarios pedían ampliar, al menos, al 30%.

Por otro, suprimiendo o suavizando el requisito de avisar al menos con una semana de antelación al empleado cuando el empresario le vaya a requerir la realización de horas extra.Los ajustes del Gobierno

El Gobierno parece haber sido sensible a las demandas empresariales, particularmente en lo que se refiere a flexibilizar el contrato para mejorar su capacidad de adaptarse a las necesidades de la empresa.

En el área económica del Gobierno existe el convencimiento de que la contratación a tiempo parcial y la extensión de los denominados minijobs (contratos de jornada reducida con vinculación formativa) constituyen la vía más rápida para la generación de nuevos puestos de trabajo.

"Será una primera fase de transición de los desempleados hacia la contratación fija a tiempo completo", ha subrayado la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

De hecho, la previsión oficial de que en 2014 habrá creación de empleo neto en España se basa en la confianza gubernamental en una extensión significativa de los contratos de jornada reducida en el mercado laboral, como ya aseguró el ministro de Economía, Luis de Guindos.

Según las fuentes consultadas, Empleo retocará la ley para reducir el periodo de preaviso con el que el empresario debe comunicar a su empleado que le va a pedir hacer más horas de las que se reflejan en su jornada ordinaria.

Y también ha accedido a incrementar el número de horas que se podrá ampliar esa jornada ordinaria por encima del 15% que actualmente refleja la ley. El objetivo de CEOE era que esa ampliación permitiera aproximar lo más posible esa eventual ampliación de la jornada a lo que supone una jornada a tiempo completo estirando el uso de las horas complementarias (las reflejadas de manera formal en el contrato) y las extraordinarias.

El Gobierno ha decidido prohibir el uso de horas extra en este tipo de contratos y, a cambio, flexibilizar el recurso a las complementarias, más reguladas en el contrato y que reducen el riesgo de la hacer horas extra no remuneradas, ya que deben ser abonadas como si fueran horas ordinarias de trabajo.

A lo que no ha accedido el Ejecutivo es a permitir la conversión unilateral de un contrato de jornada completa en uno a tiempo parcial cuando una empresa atraviese problemas.

No lo ha hecho expresamente, pero la ley sí permite ya ejecutar un ERE con reducción de plantilla y que éste sea compatible con la contratación a tiempo parcial de personal en periodo de formación.

No serán éstos los únicos cambios que se introduzcan en la regulación del contrato a tiempo parcial. El Ejecutivo permitirá la formalización de contratos indefinidos de apoyo a emprendedores también con jornadas a tiempo parcial lo que mejorará sensiblemente los incentivos de los empresarios a firmar este tipo de contratos.

No hay que olvidar que empresas y autónomos pueden beneficiarse de una deducción de hasta 3.000 euros en su declaración fiscal, ya sea de Sociedades o de IRPF, por la firma de este tipo de contratos, que también ofrecen incentivos a los desempleados (particularmente a los que están cobrando una prestación) para animarlos a aceptar este tipo de relación laboral, cuya principal característica es que puede romperse durante el primer año de vigencia sin indemnización alguna.

La extensión de los incentivos del contrato de apoyo a emprendedores a los empleos de jornada reducida supone la consagración del modelo minijob en España: el fomento a golpe de facilidades legales e incentivos económicos de los empleos a tiempo parcial como cauce principal de acceso al empleo de desempleados y jóvenes.

La ministra de Empleo anunció también otro ajuste orientado a la mejora de la conciliación de la vida familiar y laboral: los progenitores podrán solicitar a sus empleadores la reducción de la jornada laboral hasta que sus hijos cumplan los 12 años y no solamente los 8 como sucede ahora.Déficit de jornadas reducidas

Según la Encuesta de Población Activa, antes del verano 2.750.000 españoles tenían un contrato a tiempo parcial, lo que equivale a un 14% del empleo total en España. En Alemania, el porcentaje de trabajadores con jornada reducida supera el 20% y en otros países como Holanda este tipo de contratos alcanza al 60% del mercado laboral.

En el Gobierno están convencidos de que esa brecha con Europa en contratos de jornada reducida es una de las explicaciones de que en España la tasa de paro sea tan elevada.

Por ello, no tardaron ni dos meses en introducir cambios en su regulación. Fue en la reforma laboral. Se cambió el marco legal para elevar el número de horas complementarias que se podían incluir en este tipo de contratos (y que pueden llevar la jornada a tiempo parcial hasta un 77% de las jornada ordinaria a tiempo completo) y se permitió por primera vez la realización de horas extra, hasta entonces prohibidas taxativamente en las contratos a tiempo parcial.

Después se introdujo el contrato a tiempo parcial con vinculación formativa, una modalidad fuertemente bonificada, pensada para facilitar el acceso a formación y empleo a los desempleados menores de 30 años sin apenas experiencia laboral y directamente inspirada en los ya populares minijobs alemanes.

Los retoques sirvieron para elevar un 9% el número de contratos a tiempo parcial que se firmaban en España y para incrementar en 250.000 personas la cifra de empleados con jornada reducida.

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