Las buenas relaciones que, desde hace tres años, mantiene el Gobierno español con el régimen de Teodoro Obiang han escrito un nuevo capítulo en plena rebelión contra las falsas democracias africanas.
Una delegación parlamentaria española, encabezada por el presidente del Congreso, José Bono, almorzó ayer con el mandatario de la antigua colonia española y se comprometió a hacerle llegar un listado de empresas interesadas en estrechar lazos con el régimen de Obiang.
Este interés está en línea con el aumento de las relaciones comerciales entre los dos países en los últimos tiempos, que ha permitido disparar un 30% las exportaciones y prácticamente doblar las importaciones.
Bono ha viajado a Guinea Ecuatorial acompañado del portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, y de los diputados de PP y del PSC, Gustavo de Arístegui y Alex Sáez, respectivamente.
Esta delegación contrasta con las agrias relaciones que mantuvo el Gobierno de José María Aznar con el régimen de Obiang, por el apoyo de su Ejecutivo a Severo Moto, opositor de Obiang.
Pero el cambio de rumbo dado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha dejado prácticamente en el olvido estas tensiones. De hecho, Bono declaró ayer que es "necesario potenciar las relaciones económicas y empresariales entre ambos países porque no se puede ignorar lo que nos une, que es muchísimo más que lo que nos separa", según recoge en un comunicado el Ejecutivo de Obiang.
El presidente del Congreso también subrayo que los dos países comparten "una misma cultura, una misma lengua y es necesaria esta unión social" y felicitó a Obiang por su elección como presidente de turno de la Unión Africana. "Para nosotros es un éxito extraordinario que este cargo haya recaído en Guinea Ecuatorial".
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