El lehendakari cierra su ronda con enmiendas a la totalidad de todos salvo PP

Vitoria, 17 abr.- El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha concluido hoy su ronda de reuniones con la oposición para tratar de aprobar el presupuesto de este año sin lograr apoyos, ya que todos los grupos enmendarán a la totalidad el proyecto, salvo el PP que sigue dispuesto a un acuerdo a tres que sume a los socialistas.

El Gobierno Vasco del PNV redobla esfuerzos para intentar salvar el proyecto presupuestario de este año, ya que sólo le quedan ocho días para que el viernes día 26 se celebre el pleno en el que se debatirán las enmiendas a la totalidad.

Tanto EH Bildu, con 27 escaños, como el PSE-EE, con 16, han registrado hoy en el Parlamento Vasco sus enmiendas de totalidad y el viernes lo hará el único parlamentario de UPyD.

El PP, con 10 representantes, es el único que sigue apostando por un acuerdo "a tres" con el PNV (27) y el PSE, que permitiría con la abstención de ambos sacar adelante las cuentas, pero no descarta pedir la devolución del proyecto si no se produce ese acercamiento.

Lo que ocurre, a juicio del líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, es que el PSE ha adoptado "legítimamente" una postura "táctica", aunque cree que aún hay tiempo para que los socialistas, "y especialmente Patxi López", "abandonen esos juegos de salón" y "estén a la altura" para "mejorar" las cuentas.

Sin embargo, el tiempo apremia y, tras las dos rondas sin avances que el consejero vasco de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, mantuvo con los grupos, el lehendakari ha asumido esta semana directamente la negociación, como le pidió Basagoiti.

Tras la entrevista del lunes con Patxi López y ayer con Basagoiti, hoy Urkullu ha concluido su ronda con Laura Mintegi (EH Bildu) y Gorka Maneiro (UPyD).

Aunque todos dicen que estudiarán el "documento de mínimos" que les ha entregado el lehendakari, EH Bildu y el PSE ya han registrado sus enmiendas a la totalidad y UPyD ha anunciado que lo hará el viernes.

En ese documento, al que ha tenido acceso Efe, Urkullu propone pactar con la oposición la asignación de los posibles ingresos adicionales de los que podría disponer el Gobierno autonómico este año si la Comisión Europea relaja el objetivo de déficit.

En el ámbito de la fiscalidad, se compromete a consensuar con quienes lo firmen una "profunda reforma tributaria" que sería efectiva en 2014, y que incluiría una modificación del IRPF para que paguen más los que más tengan, y del Impuesto de Sociedades, de forma que revise los regímenes especiales y las deducciones.

Sin embargo, el lehendakari ha recordado que ayer mismo conoció los datos de recaudación de los primeros meses del año, que según fuentes del Ejecutivo vasco suponen una caída de los ingresos del 5 %.

Por ello, ha propuesto a los partidos analizar la situación económica a partir de estos datos reales de los primeros cinco meses de 2013 para "decidir desde el consenso qué hacer", ya que a su juicio rechazar los presupuestos sin tener en cuenta estas cifras es "rechazar la realidad".

El principal grupo de la oposición, EH Bildu, ha insistido no obstante en que el documento de Urkullu es "diametralmente opuesto" a los planteamientos de la coalición abertzale, que defiende que las políticas económicas se decidan sólo en Euskadi y no en Madrid.

Los socialistas han criticado también con dureza el texto de Urkullu que, según dicen, "es tan de mínimos que se ha quedado en nada", ya que se limita a "distribuir la miseria", cuando podría disponer de 890 millones de ingresos adicionales si se flexibiliza el límite de déficit y se incrementa la recaudación con reformas fiscales.

UPyD también ha tachado de "inconcreto" el documento del PNV y de "claramente insatisfactoria" la respuesta negativa a su 16 exigencias para luchar contra el fraude, reducir el sector público, redimensionar EITB, cerrar las delegaciones vascas en el exterior y suprimir las partidas para las ikastolas francesas, entre otras medidas.

Sólo el PP defiende por ahora un acuerdo a tres que permita tener unas cuentas acordes con la situación de crisis, a falta de poco más de una semana para debatir la devolución o no del presupuesto.