El mayor sindicato minero de Sudáfrica advierte de una escalada de la violencia

El sindicato minero mayoritario de Sudáfrica, la Unión Nacional de Mineros (NUM, en inglés), alertó hoy de una escalada de violencia en las protestas de los obreros, después de que la empresa Amplats anunciara el despido de 12.000 de sus trabajadores, en huelga desde el mes pasado.

"Puedes ver el enfado. Va a tomar una nueva dimensión. La huelga se va a volver más violenta", dijo el portavoz de la NUM, Lesiba Seshoka, citado hoy por el diario digital sudafricano News24.

Seshoka aseguró que incluso si Amplats, tiene derecho a despedir a los trabajadores, embarcados en una huelga ilegal desde el 12 de septiembre, no ha sido una acción constructiva.

"No puedes apagar el fuego con gasolina. Tienes que actuar de forma que se promueva el diálogo", agregó el portavoz de la NUM, al tiempo que señaló que hoy se habían organizado nuevas protestas mineras.

Por su parte, un organizador independiente de las manifestaciones mineras, Mamatlwe Sebei afirmó que "la huelga es una cuestión de vida o muerte". "Los despidos sólo aumentarán la violencia. Tendrán que reincorporar a los obreros. Amplats no va a operar sin sus trabajadores", explicó Sebei.

Amplats, filial de Anglo American, anunció ayer los despidos de 12.000 de sus trabajadores de las explotaciones de platino en Rustenburg, un centenar de kilómetros al noroeste de Johannesburgo. El 80 por ciento de la plantilla de Amplats inició una huelga ilegal en septiembre para pedir un aumento salarial hasta los 16.000 rands mensuales (unos 1.900 dólares ó 1.450 euros), apuntó la agencia de noticias sudafricana Sapa.

Los trabajadores despedidos se embarcaron en una protesta similar a la que sus compañeros de la mina de Lonmin emprendieron el pasado 10 de agosto en Marikana y que se saldó con un aumento salarial del 22 por ciento tras seis semanas de inactividad.

La sangrienta huelga en Marikana, en la que murieron 46 personas, 34 de ellas por disparos de la Policía, ha desatado una ola de acciones sindicales ilegales en las explotaciones mineras de Sudáfrica, que se han extendido al sector de transportes y a una fábrica de montaje de coches.

La masacre policial de Marikana ha hecho revivir a Sudáfrica los episodios más violentos del apartheid, el régimen de segregación racial impuesto por la minoría blanca sudafricana hasta 1994. El Gobierno ha establecido una comisión judicial de investigación sobre los hechos.