El New York Times destapa que Goldman invirtió en una empresa vinculada al tráfico sexual de menores

El columnista Nicholas Kristof, del diario estadounidense New York Times, ha destapado una trama que vincula al gigante financiero Goldman Sachs con una web acusada de permitir el tráfico sexual de menores y la prostitución no consentida entre sus anuncios.

La entidad, a menudo señalada como una de las responsables de la crisis, era propietaria del 16% del grupo Village Voice Media, que gestiona la web Backpage.com, además de un buen número de periódicos a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

"El mayor foro de tráfico sexual de niñas menores de edad en los Estados Unidos parece ser un sitio web llamado Backpage.com", se puede leer al comienzo del editorial, que repasa después los pormenores del asunto.

Backpage es la web norteamericana de referencia para anuncios de prostitución, con un 70% del mercado, pero Kristof cree que "Village Voice Media dedica pocos esfuerzo a descartar los anuncios publicados por los traficantes y alertar a las autoridades de los abusos".

No es el único. Una campaña en la web activista Change.org (socio internacional de la española Actuable) logró reunir 220.000 firmas protestando y pidiendo la intervención de las autoridades para acabar con el escándalo.

Una retirada a tiempo, ¿es una victoria?

Dos días después de enterarse de que el New York Times andaba detrás de la noticia, Goldman se apresuró a vender su participación, tal y como explica Kristof.

"Comenzaron a trabajar frenéticamente para deshacerse de sus acciones, y la tarde del viernes me llamaron para decirme que acababan de firmar un acuerdo para vender su participación", explica el periodista y ganador de un premio Pullitzer en su artículo.

Además, la entidad ha desmentido que tuviera influencia alguna en la gestión de Village Voice Media, algo que el propio columnista contempla como una opción perfectamente posible. "Seamos claros: esto es una pequeña inversión de una empresa enorme", escribe, "y no tengo ninguna razón para pensar que los altos ejecutivos de Goldman sabían de la conexión con el tráfico sexual".