El paro sigue al alza mientras la UE insiste en aplicar medidas de austeridad

  • El paro en la Unión Europea (UE) y en la zona del euro experimentó en octubre una nueva subida, aunque solamente de una décima respecto al mes anterior, y se situó en su máximo anual, mientras la mayoría de gobiernos insistieron en que la aplicación de medidas de austeridad será la solución a la crisis.

Bruselas, 30 nov.- El paro en la Unión Europea (UE) y en la zona del euro experimentó en octubre una nueva subida, aunque solamente de una décima respecto al mes anterior, y se situó en su máximo anual, mientras la mayoría de gobiernos insistieron en que la aplicación de medidas de austeridad será la solución a la crisis.

La tasa de paro fue del 10,3 % en la zona del euro y del 9,8 % en el conjunto de la Unión Europea (UE) en octubre, publicó hoy la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.

Esto supone que cerca de 23,6 millones de personas se encuentran en situación de desempleo en la UE, de los cuales aproximadamente 16,3 millones viven en la eurozona.

En la UE, 5,5 millones de menores de 25 años se encontraban en situación de desempleo, mientras que eran 3,3 millones en la zona del euro.

Por países, España, con una tasa del 22,8 %, siguió en cabeza de la lista de países con más desempleo, seguida a cierta distancia por Grecia, con un 18,3 % (en agosto de 2011).

En cambio, los países considerados centrales en la eurozona, especialmente los pequeños, fueron los que registraron mejores tasas de paro: Austria, con 4,1 %, Luxemburgo, con un 4,7 %, y Holanda, con un 4,8 %.

La subida del paro es fruto, según la mayoría de analistas, de la falta de crecimiento en Europa, causada a su vez por las medidas de austeridad que llevan a cabo los gobiernos de todo el continente.

Desde hace dos años, todos los países europeos aprobaron planes de contención del gasto, incluso aquellos que, como Alemania, Francia u Holanda, gozaban de déficit relativamente moderados y unos títulos de deuda libres de cualquier presión externa.

Estos programas de recortes, alentados por la Comisión Europea, mermaron la débil recuperación que se intuía en 2010 y que afectaron negativamente a las economías con problemas reales en sus cuentas públicas, como Grecia o Portugal, donde la falta de crecimiento les impidió recaudar más impuestos y rebajar así su déficit.

La semana pasada, el premio Nobel de Economía en 2001 y ex vicepresidente del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, calificó las políticas de austeridad de "suicidio" y aseguró que "son una receta" para "menor crecimiento y más desempleo", algo con lo que coinciden numerosos analistas.

Sin embargo, los países de la zona del euro continúan defendiendo la austeridad como única salida posible a la crisis económica, a pesar de que las perspectivas de crecimiento apuntan a la recesión en 2012.

"La falta de reformas económicas y de disciplina fiscal fue lo que nos trajo hasta este punto", declaró hoy en Bruselas el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, por lo que reclamó más medidas de austeridad y se negó a que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda de los países con problemas.

En la misma línea se expresó su homólogo sueco, Anders Borg, quien reclamó a España e Italia que impulsen más recortes para calmar los mercados, mientras que el ministro de Finanzas de Luxemburgo -país que preside el Eurogrupo-, Luc Frieden, pidió ayer la expulsión del euro para aquellos países rescatados que incumplan los objetivos de déficit.

En opinión de los expertos, las malas cifras de paro se deben también a la doble subida de un cuarto de punto de los tipos de interés del BCE la primavera pasada, una decisión del ya ex presidente de la institución monetaria, Jean-Claude Trichet, corregida este mismo mes por su sucesor, el italiano Mario Draghi.

Draghi, algo más alejado de la estricta adherencia a la estabilidad de precios de Trichet, decidió rebajar 0,25 puntos el interés básico en la eurozona con el fin de estimular de nuevo el crecimiento.

La subida de tipos aprobada por Trichet afectó a la liquidez del sistema, reducida desde el inicio de la crisis por la mala salud del sector financiero, que complicó el acceso al crédito a empresas y particulares.

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