El presidente portugués abre nuevas consultas para el acuerdo de salvación

  • El jefe de Estado de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, abrió hoy nuevas consultas con los partidos conservadores del Gobierno y con la oposición socialista, que intentan llegar a un difícil pacto de "salvación nacional".

Lisboa, 19 jul.- El jefe de Estado de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, abrió hoy nuevas consultas con los partidos conservadores del Gobierno y con la oposición socialista, que intentan llegar a un difícil pacto de "salvación nacional".

Las audiencias presidenciales se produjeron tras seis jornadas de negociaciones entre los partidos sin que se haya anunciado un acuerdo para cerrar la crisis política abierta en Portugal hace 17 días con la dimisión de dos ministros.

Mientras, los intereses de la deuda portuguesa, que subieron al calor de la crisis política, continuaron hoy en ligero descenso y quedaron de nuevo por debajo de la barrera del 7 % por ciento.

Según fuentes oficiales, Cavaco reanudó los contactos políticos con el secretario general del Partido Socialista (PS), António José Seguro, y se reunió luego con el primer ministro, Pedro Passos Coelho, del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), sin que se revelará nada del contenido de los encuentros.

Por último, recibió al socio minoritario del Ejecutivo, Paulo Portas, del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP, democristiano), cuya dimisión como ministro de Exteriores, por desavenencias con Passos Coelho, desató la crisis de Gobierno.

Los tres partidos han celebrado ocho rondas negociadoras desde el pasado domingo en busca de un pacto que dé estabilidad al Gobierno y permita concluir, en junio de 2014, el programa del rescate financiero.

Las conversaciones se han desarrollado en reserva y bajo presión del jefe de Estado, de las organizaciones patronales, el segundo mayor sindicato del país (UGT, socialista) y de numerosas personalidades, que reclaman un acuerdo sobre el rumbo económico y político.

Pero fuentes oficiales han reconocido la existencia de serias dificultades para alcanzar el pacto, y el propio Cavaco Silva admitió que puede no concretarse.

La cuestión de fondo son las divergencias entre el Ejecutivo y el principal grupo de la oposición sobre las políticas de austeridad, que el PS se niega a avalar.

Varios dirigentes socialistas manifestaron públicamente su rechazo a la negociación, como el ex presidente Mário Soares, que alertó del riesgo de "escisión" en el partido en caso de consensuar posturas con los conservadores, en el poder desde junio de 2011.

También Passos Coelho criticó anoche la posibilidad de celebrar elecciones anticipadas el año próximo tras concluir el rescate, como propuso Cavaco, y recordó su renovado acuerdo con el democristiano Portas para concluir la legislatura gracias a la mayoría absoluta que suman las dos fuerzas conservadoras.

El acuerdo de salvación nacional fue propuesto por Cavaco para garantizar el éxito del programa de asistencia acordado con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en mayo de 2011 y evitar el riesgo de un segundo rescate.

Cavaco apeló también al consenso para reforzar la posición del país ante los organismos internacionales, reacios a suavizar las severas medidas de austeridad exigidas en los últimos dos años pese al actual contexto de recesión y aumento del paro.

La crisis política surgió cuando Portas puso la coalición conservadora al borde de la ruptura al dimitir precisamente por diferencias con el primer ministro sobre las medidas de austeridad.

Passos Coelho logró hacerle recapitular a cambio de una remodelación del gabinete -con mayor poder para los democristianos- no aceptada por Cavaco, que optó por pedir a los tres principales partidos un compromiso de Gobierno.

Aunque rechazó unas elecciones inmediatas, como reclaman las fuerzas de izquierda, el jefe de Estado admitió la convocatoria de comicios anticipados tras el fin del rescate, en junio de 2014, una posibilidad que critica el primer ministro por la incertidumbre que crea.

Passos Coelho también dejó traslucir la falta de progresos en las negociaciones de los partidos al defender un acuerdo que tenga "contenido" y no sea solo "para salvar la cara" o "quedar bien en la foto".

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