El PS y los conservadores se culpan de que Portugal esté al borde del rescate

  • Lisboa.- El dimisionario Gobierno socialista de Portugal y la oposición conservadora cruzaron hoy agrios reproches por la crisis del país, mientras la presión sobre la deuda y otro recorte de su solvencia financiera le tienen al borde del rescate.

La presión sobre Portugal no cesa y sus bonos a cinco años superan el 8,7 por ciento
La presión sobre Portugal no cesa y sus bonos a cinco años superan el 8,7 por ciento

Lisboa.- El dimisionario Gobierno socialista de Portugal y la oposición conservadora cruzaron hoy agrios reproches por la crisis del país, mientras la presión sobre la deuda y otro recorte de su solvencia financiera le tienen al borde del rescate.

El primer ministro en funciones, José Sócrates, aseguró que no va a pedir ayuda financiera pese al agravamiento de las condiciones de acceso al mercado de capital y llamó a la oposición "irresponsable" por causar la actual crisis política.

Sócrates hizo una breve declaración a los periodistas y subrayó que ya había advertido de las consecuencias que tendría para Portugal el rechazo en el Parlamento, la semana pasada, de su último plan de ajuste económico, que forzó la caída del Ejecutivo.

El líder de la oposición conservadora, Pedro Passos Coelho, se desentendió poco después de la posibilidad de que el país precise un rescate financiero y afirmó que si el Gobierno cree que no es necesario él no lo "pone en duda".

Standard and Poor's, que el pasado jueves cortó dos niveles la nota de Portugal, poco después de que también lo hiciera la agencia Fitch, volvió hoy a bajar su calificación a "BBB-" desde "BBB", sólo un escalón por encima de la consideración de bonos basura.

Los intereses que penalizan la deuda lusa a corto plazo subieron entretanto, en el caso de los bonos a dos años, al 7,67 %, mientras los títulos a diez años llegaban al 7,94 % y los de cinco años al 8,7, unos niveles considerados insostenibles por muchos expertos.

El Banco de Portugal anunció además una revisión a la baja de sus previsiones sobre la economía lusa y pronosticó una recesión del 1,4 % este año, un aumento de casi el uno por ciento del desempleo y una inflación del 3,6 %.

En medio de la crisis, el líder histórico conservador y jefe de Estado, Anibal Cavaco Silva, mantiene abiertas hasta el jueves las gestiones para decidir si forma otro Gobierno con el Parlamento actual o convoca elecciones anticipadas, como piden ya todos los partidos.

Passos Coelho, presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) participó en una reunión de su organización para preparar el programa electoral y afirmó después que "está consciente de la situación grave que vive el país" pero "no quiso prolongar la vida de un Gobierno que no hace lo que es preciso".

A su vez Sócrates acuso a la oposición de abrir, por "avaricia" del poder, una "crisis política sin razón y sin alternativa", que ha puesto en peligro no sólo a Portugal sino a sus socios de la zona euro.

El primer ministro en funciones pidió a los conservadores que no "escondan hasta después de las elecciones" las propuestas para superar la crisis y las hagan públicas para acabar con la inquietud en los mercados y decir la verdad a la población.

Passos Coelho respondió con un ataque a Socrates por culpar a la oposición de la situación del país después de seis años en el poder que consideró desastrosos.

También anunció que va a preparar un plan de "estabilización económica" y medidas de "emergencia" para apoyar a los sectores de la sociedad lusa perjudicados por la crisis.

Passos Coelho subrayó que el PSD, al que las encuestas dan una amplia ventaja electoral por el desgaste socialista, no tiene responsabilidad en el Gobierno y no puede ser culpado de sus errores.

Además recordó el apoyo que le ha prestado al Ejecutivo, cuyos tres programas anteriores de austeridad fueron aprobados gracias a la abstención conservadora en el Parlamento, al contrario que ocurrió la semana pasada.

Sin embargo, Sócrates subrayó que había advertido a la oposición de las graves consecuencias que tendría para el país el rechazo de su último plan de austeridad, respaldado por Bruselas, y de la falta de alternativas para evitar un empeoramiento de la crisis.

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