España ha superado con nota otro examen del mercado. El Tesoro Público ha conseguido adjudicar 2.468 millones de euros en bonos a tres años, una cantidad que se sitúa en la parte alta de la horquilla prevista, cuyo máximo ascendía a 2.750 millones.
Además, la demanda de los bonos españoles ha sido muy elevada. En la puja de hoy las entidades han solicitado 5.599 millones de euros, muy por encima del importe máximo establecido.
Como ya es costumbre en las últimas emisiones del Tesoro, los inversores han exigido a España pagar más que en la anterior subasta. En este caso, la rentabilidad se ha disparado un 47%, ya que el interés marginal ha alcanzado el 3,797%, el más alto desde septiembre de 2008 coincidiendo con la quiebra de Lehman Brothers, cuando se fijó en el 4,35%.
Sin embargo, parece que los mercados ya contaban con ese matiz, porque están aplaudiendo los resultados de la subasta. En concreto, el Ibex 35, el principal indicador de la bolsa española, ha ampliado sus ganancias: llegando a mediodía, el selectivo sube en torno al 2,5% y supera los 9.900 puntos.
Además, las tensiones en el mercado de deuda también se han relajado. La prima de riesgo de España sigue cayendo y, poco después de conocerse el resultado de la subasta, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán ya marca los 240 puntos básicos, 60 puntos menos de lo que llegó a marcar el pasado martes.
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