El yuan y el dólar continúan su lucha por el mercado

  • Gran parte del mercado considera que el dólar sigue sobrevalorado frente al yuan. Algunos expertos indican incluso que la moneda estadounidense se debería devaluar hasta un 40 por ciento en un país que está en déficit. Pero China está experimentando un superhábit y el mercado juega a favor de sus exportaciones, algo que preocupa a Barack Obama, según han reconocido fuentes de la Casa Blanca esta misma semana. Mientras Obama y su hómologo chino Hu Jin Tao siguen sin ponerse de acuerdo sobre la cuestión, aquí te ofrecemos una guía sencilla a la relación de las monedas yuan-dólar, dólar-yuan.
China afirma que no aceptará presiones externas para revaluar el yuan
China afirma que no aceptará presiones externas para revaluar el yuan
Jonathan Adams | GlobalPost

(Taipei, Taiwán). Para entender lo que está ocurriendo con la moneda china no hay que perder de vista el "dinero fresco". Al menos eso es lo que dice Andy Xie, un reputado economista con base en Shangái que ha trabajado para la división de Asia de Morgan Stanley. Economistas como Xie están ahora inmersos en un feroz debate sobre una simple cuestión: ¿es la moneda china demasiado barata? Es decir, ¿está infravalorada, como dice Obama?

El "dinero fresco" (o la compra de divisa con fines especulativos) es la clave de esa pregunta, asegura Xie.No se trata únicamente de una discusión académica. Si la moneda es demasiado barata, significa que las importaciones chinas son demasiado baratas en las estanterías de las cadenas comerciales de occidente. Y eso es difícil de asumir para las empresas de EE UU que intentan competir en el mercado local, lo que en términos políticos significa a su vez que China se convierte en el malo de la película.

En cambio, si la divisa tiene un valor normal, eso significa que los productos chinos en los grandes supermercados occidentales -como Wal-Mart en EEUU- tienen también un valor normal.Las empresas de EE UU se están quejando de la situación, pero no les queda más remedio que aguantarse. Todo vale en el amor y en la globalización, y lo que está ocurriendo es que China es simplemente un rival empresarial inteligente.

La presión política en EE UU estaba empujando a la Casa Blanca a tomar medidas y a calificar a China de "manipulador monetario", es decir: un tipo verdaderamente malo. Pero la diplomacia parece haber ganado la partida, al haberse pospuesto esa decisión tras dejar entrever China que dejará que su moneda se aprecie, al menos un poquito.

El tema del yuan-dólar estuvo de nuevo sobre la mesa el pasado lunes, cuando el presidente Barack Obama se reunión con su homólogo chino, Hu Jintao, en Washington.Pero el debate entre los economistas no parece haber terminado ni mucho menos. Para entenderlo primero hay que descifrar algunos términos de la jerga financiera.

Para quienes no son expertos en cambio de divisa, este es el panorama, tal y como nos lo ha explicado pacientemente Nicholas Lardy, uno de los estadounidenses que más saben del sistema financiero chino.China normalmente vende muchos más productos a EE UU de los que le compra. China vende en dólares y compra en su moneda, el yuan o renminbi (su denominación oficial). Eso significa que las empresas chinas terminan teniendo más dólares que yuanes.

El problema es que las empresas chinas necesitan yuanes para pagar a sus empleados y proveedores. Así pues ¿qué es lo que hacen? Van al mercado de divisas de China y cambian sus dólares por yuanes. Eso genera una enorme demanda de moneda local y una demanda muy alta empuja hacia el alza el precio del yuan. En términos financieros, el yuan se "aprecia".

Y aquí es donde el Gobierno de China interviene, inyectando yuanes en el mercado y vendiéndolos a quien quiera a un precio más o menos de 6,8 frente al dólar, o un yuan por cada 15 centavos de dólar. En la situación actual, "la tendencia natural es que el renminbi se revalorice", dice Lardy, pero como "el Gobierno no quiere que eso ocurra, entra en el mercado y vende renminbi para mantener su valor bajo".

Con esta medida, el Gobierno chino está recogiendo enormes cantidades de dólares, la mayor parte en bonos de EE UU. Ahí está la explicación de las crecientes "reservas en divisa extranjera" de China de las que tanto se está oyendo hablar (Pekín tiene en estos momentos unos 2,4 billones de dólares, 450.000 millones de ellos acumulados tan sólo durante 2009). Volvamos ahora al debate.

Wang Tao, del equipo en Pekín de la firma de investigación de mercados e inversiones UBS, asegura que el hecho de que China tenga que vender enormes cantidades de yuanes cada día hace que la moneda sea obviamente demasiado barata. Si el Banco Central de China se relaja cualquier día, el mercado hará que el valor del yuan aumente.Parece que el asunto está claro: China está creando unas reservas artificiales para mantener su yuan barato y ayudar así a sus exportaciones.

"Si su banco central no estuviese comprando en el mercado de divisas día tras día, la moneda se había apreciado", dice Wang.Pero aquí está la trampa, advierte Xie: una gran parte de esa demanda de yuanes también es artificial. Ese es el "dinero fresco".

Los especuladores extranjeros están apostando a que el yuan va a aumentar como las acciones de Amazon.com en la década de 1990. Así que están corriendo a China a comprar el yuan a 15 centavos de dólar la pieza, esperando poder venderla más tarde, cuando está por ejemplo a 17 centavos, con lo que lograrían un beneficio de dos centavos por yuan. Suena a calderilla, pero si se manejan grandes cantidades, la cifra es importante.

Mientras tanto, los especuladores están invirtiendo sus yuanes en propiedades chinas, lo que está alimentando una enorme burbuja inmobiliaria, especialmente en lugares como Shanghái. El país está al borde de una locura especulativa, advierte Xie, "y algún día llegará el momento de hacer las cuentas".Según él, el "dinero fresco" suma la mitad de las reservas acumuladas de China.

Wang Tao, de UBS, no está tan preocupada. Admite que algunos especuladores han apostado por el yuan, especialmente desde 2007, pero asegura que China todavía tiene el grifo cerrado y muchos controles sobre el flujo de divisa extranjera.

"No es tan fácil entrar y salir", apunta. Eso significa que los pequeños especuladores quizás puedan llevarse el dinero de vuelta a su país de origen. Pero los grandes inversores institucionales, los que realmente podrían distorsionar el mercado de divisas de China, no pueden meter y sacar dinero del país del mismo modo que hacen en otros lugares, explica.

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