La facturación de E.ON entre enero y marzo alcanzó un total de 10.480 millones de euros, un 7% menos que el año anterior, mientras que el resultado operativo de la compañía bajó un 2,9%, hasta 735 millones.
Por otro lado, E.ON logró reducir su deuda económica neta durante los tres primeros meses del año a 24.746 millones de euros, frente a los 26.320 millones a 31 de diciembre de 2016.
"Tenemos una clara hoja de ruta para guiar a E.ON en el futuro. Vamos a reducir la deuda de la compañía y fortalecer su acción", declaró el consejero delegado de la multinacional, Johannes Teyssen, quien subrayó que la ampliación de capital llevada a cabo en marzo "fue un importante paso en esa dirección".
De cara al conjunto del presente ejercicio, E.ON confirmó su expectativa de alcanzar un beneficio neto ajustado de entre 1.200 y 1.450 millones de euros y expresó su intención de transferir al fondo de pensiones de la compañía su participación en el gasoducto Nord Stream.
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