¿Es el fracaso económico de la Champions lo de menos para Florentino?

  • Florentino Pérez, presidente del ACS y del Real Madrid, abandonó de madrugada el Santiago Bernabéu tras la eliminación europea del miércoles. ¿Se quedó calculando el impacto económico del fracaso deportivo?
Enrique Utrera

Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid, abandonó de madrugada el Santiago Bernabéu tras la eliminación europea del miércoles. ¿Se quedó calculando el impacto económico del fracaso deportivo?

Cerca de 20 millones de euros. Esta es la cantidad que el Real Madrid va a dejar de ganar por no cumplir el objetivo de jugar la final de la Champions League, esa competición que según el presidente Florentino Pérez“está en el ADN del club”. Una cifra que para otro club sería una tragedia para el Madrid es sólo un tropezón, apenas el 5% de los 400 millones de facturación que convirtieron a la entidad merengue en la más rica del mundo en 2009.

Hacer caja no es precisamente un problema para el club. Florentino Pérez se propuso en la primera etapa al frente de la institución hacer un Real Madrid a imagen y semejanza del mundo Disney: potenciar la marca para generar unos ingresos extraordinarios a la altura de la cuarta marca española más reconocida en el mundo y de los 230 millones de seguidores y simpatizantes con los que cuenta a lo largo y ancho del globo.

Y lo ha conseguido. Pero la cuestión es si la foto fija financiera actual del Real Madrid SA será suficiente si el fracaso deportivo que hasta hoy representa la temporada 2009-2010 persiste.

Desde luego, no es oro todo lo que reluce. Aunque los ingresos se han multiplicado por cuatro desde el año 2000 y la popularidad y la categoría de sus principales futbolistas es indiscutible, el primer fracaso deportivo de la segunda etapa de Pérez al frente del Madrid abre un buen puñado de interrogantes. Aunque no pone el peligro el modelo económico a corto plazo, parece incuestionable que sí tendrá consecuencias si se repite en el tiempo.

Primero, porque afectaría al prestigio de sus principales futbolistas. Es decir, al valor de los grandes activos, como Cristiano Ronaldo o Kaká. Son la punta del iceberg de los algo más de 250 millones de euros que el club se ha gastado en fichajes y que han sido financiados en gran parte con los préstamos de Caja Madrid y Banco Santander.

El impacto va más allá. No ganar la Champions rebaja el importe de las retribución variable que obtiene el club de sus principales patrocinadores –bwin, Adidas, Mahou, Coca-Cola, Sanitas, Solán de Cabras o Solaria-, e impedirá al club negociar al alza el caché de sus giras internacionales y de los derechos de televisión.

El fútbol, tan caprichoso, puede dar la vuelta como a un calcetín a la realidad económica de un club que es líder en la competición nacional empatado a puntos con el FC Barcelona. La Liga es la tabla de salvación de una temporada de momento aciaga.

Una cuestión de prestigio

El Real Madrid sufre una dura competencia por la supremacía económica en el fútbol mundial. El propio Barcelona, el Manchester United, el Milán o el Chelsea son unos duros competidores que, además, sacan varios cuerpos en lo deportivo al club blanco desde que éste se apuntó su última Copa de Europa en la temporada 2001-2002.

El caso del club blaugrana es especialmente doloroso para el madridismo. Su pleno de títulos en 2009 y 2010 le ha permitido cobrar cinco millones de euros por un solo partido en Uzbekistán y casi dos por otro en Kuwait. Más que todo lo ingresado en su gira americana. ¿Y la Champions? Si el Barsa accede a los cuartos de final, se embolsará 3,3 millones de euros, si lo hace a semifinales otros cuatro millones y si gana la final otros 9 -5,2 millones en el caso del subcampeón-.

¿Se quedó Florentino calculando el impacto económico del fracaso deportivo el miércoles? Con toda seguridad, no fue el principal elemento de discusión. Tiene margen el presidente del Real Madrid para revertir un diagnóstico que en lo presupuestario se queda en el pronóstico reservado. Le urge resolver el problema deportivo para preservar el modelo que le ha convertido en el Rey Midas del fútbol mundial. De momento, ha perdido un año respecto a sus competidores.

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