Por primera vez tras la rebaja del ráting por parte de Standard & Poor's, el Tesoro probará mañana el apetito de los inversores por la deuda española a través de una subasta de bonos del Tesoro a cinco años. El 20 de mayo será el turno de las obligaciones a 10 años.
En la última subasta de bonos a cinco años celebrada el 14 de enero, el Tesoro adjudicó 3.215 millones de euros a un tipo de interés marginal del 2,854%, un 3,3% más sobre el anterior aplicado en la última subasta de 2009, del 2,763%. Entonces, el Tesoro también adjudicó 3.175 millones, en línea con el objetivo que se ha trazado hoy.
El problema es que la situación en los mercados y la percepción sobre España se han deteriorado claramente desde entonces. Los activos españoles, que ya sufrieron un duro ataque en febrero, asisten esta semana a una renovada ofensiva, mucho más profunda, por el riesgo de contagio provocado por la crisis griega.
El test de este jueves será revelador porque se va a conocer a qué tipos están dispuestos a comprar los inversores nuestra deuda a medio y largo plazo. A corto plazo, el pasado 27 de abril la incertidumbre sobre la economía española obligó al Tesoro a subir un 64% y un 55% la rentabilidad de las Letras a tres y seis meses, respectivamente, respecto a la subasta anterior. Todavía S&P no había bajado el ráting de España desde AA+ hasta AA.
Tras la subasta de hoy, el 20 de mayo será el turno de las obligaciones a diez años. Y dos días antes, se celebrará una nueva subasta de letras a 12 y 18 meses. Por lo tanto, se avecinan dos semanas de alto voltaje en un mes de mayo en el que los vencimientos de deuda del Estado alcanzan los 9.251 millones de euros, una cifra en cualquier caso discreta.
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