España pide a Bruselas un acto de fe con sus presupuestos para 2015

Mariano Rajoy ha dicho con voz alta y clara en México que España está preparada para crecer un 2% en 2015 si el tipo de cambio del euro y el precio de las materias primas se mantiene alrededor de los niveles actuales favoreciendo las exportaciones y rebajando la factura energética del Estado, respectivamente. El jefe del Ejecutivo está seguro de que España será otra vez el país que más crecerá y el que más empleo creará en la zona euro.

Unas expectativas muy optimistas para un país que ha empezado la recuperación mucho más tarde que los demás en la región y que sigue manteniendo unos enormes desequilibrios estructurales. Frente al desplome de la prima de riesgo hasta niveles cercanos a los 100 puntos básicos, la todavía muy insuficiente recuperación del empleo o los cinco trimestres consecutivos de crecimiento, España sigue presentando unos niveles de deuda estratosféricos y hay enormes dudas sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit.

Mientras el ministro de Economía Luis de Guindos cree que España podrá cumplir con el objetivo de déficit del 4,2% en 2015, Bruselas cree que España sólo crecerá un 1,7% el año que viene provocando una desviación del déficit respecto a las previsiones del Gobierno de cuatro décimas hasta el 4,6% (equivalente a alrededor de 4.000 millones de euros), lo que ha disparado las reclamaciones de nuevas reformas estructurales a España porque según Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos "el esfuerzo es insuficiente".

En este escenario, el Eurogrupo ha discutido este lunes qué medidas solicitara a España y otros países de la Eurozona para evitar que incumplan con sus objetivos presupuestarios. Siete estados (Bélgica, Francia, Italia, Malta, Austria y Portugal además de España) están en riesgo de incumplimiento del Pacto de estabilidad y crecimiento. De Guindos ha pedido a Bruselas un acto de fe respecto a las previsiones del Ejecutivo, y al término de la reunión de hoy ha asegurado que"el Gobierno parte del principio de que las medidas actuales son más que suficientes y por tanto se va a cumplir".

Además, frente a las "medidas eficaces" solicitadas por Bruselas, el ministro de Economía ha sostenido que el Eurogrupo no ha pedido a España "medidas adicionales" sino "el compromiso de que estas medidas sean efectivas, las ya incluidas en el presupuesto".

El Gobierno se resiste como gato panza arriba a tomar nuevas medidas duras para los ciudadanos ante un 2015 plagado de citas electorales en las que se juega su futuro. Pero, ¿qué más pide Bruselas? Reclama reformas en los tipos impositivos del IRPF, reducciones temporales en las cotizaciones sociales para los nuevos contratos y que el Gobierno impulse medidas correctoras contra las comunidades autónomas que no cumplen con sus objetivos fiscales.

En este último punto, las últimas cifras oficiales demuestran que hay mucho trabajo por hacer. Al cierre del mes de septiembre, hasta nueve comunidades autónomas incumplían su objetivo de déficit presupuestario para el año 2014 con Extremadura, Murcia y Navarra a la cabeza. El dato más preocupante es que en los tres primeros trimestres del año pasado las CCAA estaban más saneadas que ahora: el déficit acumulado era del 0,93%, dos décimas menos frente al actual 1,14% sobre el PIB equivalente a 12.130 millones de euros.Déficit de 4,04%

Entre enero y octubre, el déficit del Estado alcanzó el 2,9% del PIB, frente al 3,48% del mismo período del año pasado. Y el consolidado de las administraciones públicas saltó hasta los 42.993 millones de euros, lo que supone el 4,04% del PIB.

Pero no son las cuentas públicas de este año las que preocupan a Bruselas, sino las de un 2015 en el que entrará en vigor la primera parte de la reforma fiscal (se completará totalmente en 2016) que empezará a devolver a devolver a los contribuyentes a la situación anterior a la mayor subida de impuestos durante la democracia y para el que existe un temor nada disimulado a que la Eurozona vuelva a entrar en recesión. Por ejemplo, el Banco de Francia acaba de prever que el país galo crecerá un pírrico 0,1% en el cuarto trimestre.

Por su parte, la OCDE también acaba de alertar sobre la desaceleración de Europa. Sus indicadores compuestos indican que la situación es especialmente delicada en Alemania y en Italia. Sí prevé una mejora significativa para España. Pero la bonanza económica del país depende mucho de los factores exteriores (el precio de las materias primas, el cambio del euro frente al dólar o la evolución de las grandes economías) como para dar por seguras las expectativas del Gobierno.