El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha enviado una carta al Congreso anunciando que hoy se ha llegado al endeudamiento de 14,3 billones de dólares, el máximo permitido por los legisladores.
Como consecuencia, la primera potencia económica mundial se ha visto obligada a suspender dos inversiones en planes de pensiones y conseguir así algo de oxígeno para permitirse un préstamo adicional.
Geithner ya advirtió este fin de semana de las catastróficas consecuencias que tendrá para el país que el Congreso no autorice al Gobierno a endeudarse más, hasta el punto de que Washington se enfrentaría a una nueva recesión.
Sin embargo, la fuerte división que se vive en el seño de la Cámara estadounidense ha llevado a que el país alcance el límite máximo permitido antes de que los políticos se pongan de acuerdo para aumentarlo.
En consecuencia, Geithner se ha visto a suspender las dos inversiones citadas, con el objetivo de reubicar fondos de manera urgente para que el Gobierno pueda cumplir sus obligaciones, incluidos los pagos a los tenedores de bonos de Estados Unidos.
Esas medidas sólo darían plazo al Gobierno hasta el 2 de agosto, antes de que comience a incumplir sus pagos, incluidos los de deuda del Tesoro, un hecho que podría provocar caos en los mercados financieros.
A esta amenaza se suma la posibilidad de que la agencia Standard&Poor's rebaje la nota de la deuda estadounidense y le quite su preciadad triple A (matrícula de honor).
El disparado déficit del país presidido por Barack Obama llevó a S&P a poner al país bajo revisión con perspectiva negativa, lo que significa que podría sufrir una rebaja de rating.
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