Explotación infantil en las minas para las baterías de nuestros móviles inteligentes

    • Amnistía Internacional ha realizado un estudio acerca de la procedencia del litio utilizado para la creación de baterías para aparatos electrónicos.
    • Niños de hasta siete años cargan con pesadas piedras del mineral que posteriormente son vendidas a las multinacionales cuando han sido procesadas.
Minería en el Congo
Minería en el Congo

Todos utilizamos aparatos alimentados energéticamente mediante baterías. Móviles, tablets e incluso vehículos se sustentan mediante resistencias que nos permite utilizar estos elementos con bastante independencia energética. Una de las cosas que ignoramos es el material con el que se componen estas baterías, y lo más importante, de donde procede.

Por eso Amnistía Internacional ha pedido a las empresas tecnológicas que se aseguren de que sus productos no utilizan cobalto extraído con mano de obra infantil y ha alertado de los abusos que se están cometiendo en República Democrática del Congo (RDC), en cuyas minas trabajan niños de incluso siete años.

En la República Democrática del Congo, niños de hasta siete años, realizan duros trabajos en minas de cobaltopara extraer el material que posteriormente utilizarán multinacionales como Apple, HP, Microsoft, Sony, Vodafone y Volkswagen entre otras.

Parece ser que estos gigantes tecnológicos no suelen fijarse en la procedencia de los materiales que utilizan, lo que ha propulsado la denuncia de Amnistía Internacionaly Afrewatch mediante el informe'Esto es por lo que nosotros morimos: abusos de derechos humanos en la República Democrática del Congo alimentan el comercio mundial de cobalto'.

En el informe se realiza un rastreo en 88 páginas sobre la venta de cobalto, que posteriormente es utilizado en las baterías de iones de litio, y que se extrae de minas donde trabajan en peligrosas condiciones niños y también adultos. Para elaborarlo, los investigadores de Amnistía y Afrewatch hablaron con 87 mineros --17 de ellos niños-- de cinco explotaciones del sur de la RDC, así como con 19 comerciantes. También siguieron el recorrido de vehículos para rastrear el origen y destino de un material sobre el que pesa la sombra de la duda.

Al menos 80 mineros artesanales perdieron la vida en los túneles del sur de la RDC entre septiembre de 2014 y diciembre 2015, si bien Amnistía ha advertido de que "se desconoce la verdadera cifra" porque se ocultan los accidentes. "Se dejan los cadáveres enterrados bajo las rocas", lamenta el informe.

Jornadas de trabajo de hasta doce horas y apenas equipo de protección son la nota dominante de un negocio que, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), emplea a 40.000 niños en el sur del país africano.

El contraste de los anuncios comerciales de productos tecnológicos, donde se presenta la vanguardia y el lujo del sector, marca una gran diferencia con los niños que cargan con las piedras de mineral por las minas de cobalto dónde se exponen a daños pulmonares y peligros por su integridad física, según señala Mark Dummett, investigador de Amnistía Internacional sobre empresas y Derechos Humanos.

Dummett indicó que “millones de personas disfrutan de las ventajas de las nuevas tecnologías, pero raras veces se preguntan cómo están hechas”, y añadió que “es hora de que las grandes marcas asuman parte de la responsabilidad de la extracción de las materias primas con que se hacen sus lucrativos productos”.

Amnistía Internacional se puso en contacto con 16 multinacionales que figuraban en la lista de clientes de los fabricantes de baterías que se abastecían de mineral procesado de Huayou Cobalt.

Una de ellas admitió la relación, mientras que otras cuatro no supieron decir con seguridad si compraban cobalto de la República Democrática del Congo o de Huayou Cobalt, seis afirmaron que estaban investigando el asunto, cinco negaron abastecerse de cobalto a través de Huayou Cobalt pese a que figuran como clientes en los documentos comerciales de los fabricantes de baterías y dos multinacionales negaron abastecerse de cobalto congoleño.

Para Amnistía Internacional, un aspecto decisivo es que ninguna proporcionó datos suficientes con que verificar de manera independiente de dónde procedía el cobalto de sus productos.
“Minas mortales

La República Democrática del Congo produce al menos el 50% del cobalto del mundo. Uno de los mayores procesadores de mineral del país es CDM, filial de Huayou Cobalt, compañía china que se abastece en un 40% de cobalto congoleño.

Los mineros que trabajan en las zonas donde CDM compra el cobalto corren riesgos para la salud a largo plazo y un alto riesgo de sufrir accidentes mortales.

El equipo de investigación de Amnistía Internacional comprobó también que la gran mayoría de los mineros pasan a diario largas horas trabajando con cobalto sin el equipo de protección más básico, como guantes, ropa de trabajo o mascarillas para prevenir enfermedades de pulmón o de piel.Cadena de suministro

El equipo de investigación de Amnistía Internacional y Afrewatch habló entre abril y mayo del año pasado con 87 mineros y ex mineros del cobalto, 17 de ellos niños, de cinco explotaciones mineras del sur de la República Democrática del Congo, así como con 19 comerciantes de cobalto, y siguió los vehículos de los mineros y comerciantes que llevan el cobalto de las minas a los mercados, donde lo compran empresas más grandes.


El cobalto llega sobre todo a CDM, filial congoleña de Huayou Cobalt, que suministra este mineral a tres fabricantes de componentes de baterías de iones de litio: Ningbo Shanshan y Tianjin Bamo (China), y L&F Materials (Corea del Sur).


El informe muestra que las empresas de la cadena de suministro de cobalto no tienen en cuenta los riegos de está para los derechos humanos y recalca que no existe ninguna regulación actual del comercio global de este material, al que no se le aplican las normas sobre los “minerales de zonas de conflicto” de Estados Unidos, que abarcan el oro, el coltán o tantalio, el estaño y el tungsteno extraídos de la República Democrática del Congo.


Amnistía Internacional y Afrewatch pidieron a las empresasmultinacionales que utilicen las baterías de iones de litio de sus productos para ejercer la diligencia debida en materia de derechos humanos, investigar si el cobalto se extrae en condiciones peligrosas o con trabajo infantil y ser más transparentes con respecto a sus proveedores.

Además, reclamaron a China que exija a las empresas chinas del sector extractivo con operaciones en el extranjero que investiguen sus cadenas de suministro y aborden los abusos contra los derechos humanos en sus operaciones.

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