Grecia estaría a salvo de haber aceptado una comisión independiente al entrar en el euro

  • La situación de Grecia sería buena y el país hubiera empezado a acumular una deuda pública inferior al 60% del PIB a más tardar en 2007 de haber asumido en 2001, cuando entró a la eurozona, una regla fiscal y hubiese encomendado su supervisión a una comisión independiente.

Los estudios basados en hipótesis contrarias a las decisiones se tomaron en el pasado son peligrosos e injustos con lo que ya no se puede reparar. A este paquete pertenecería uno realizado por el Instituto de Economía Mundial de Kiel.

En él, se asegura que la situación de Grecia sería buena y el país hubiera tenido una deuda pública inferior al 60% del PIB a más tardar en 2007 de haber asumido en 2001, cuando entró a la eurozona, una regla fiscal y hubiese encomendado su supervisión a una comisión independiente.

Incluso teniendo en cuenta la recesión posterior, en 2010, bajo las condiciones anteriores, la deuda griega hubiera estado sólo ligeramente por encima del límite fijado por el Tratado de Maastrich.

Además, la recesión griega, según Snower hubiera sido significativamente más corta.

"El resultado del estudio es sorprendente y a la vez doloroso. Muestra que la triste realidad de la deuda griega que tiene a Europa sin aliento hubiera podido evitarse", dice el instituto en un comunicado.

"Para ello sólo se hubiera necesitado introducir a tiempo estas herramientas disciplinadoras", continua el comunicado.

El estudio asume que la comisión le hubiese permitido a Grecia reaccionar en tiempos de recesión con medidas anticícilas a cambio del compromiso de generar superavits fiscales en tiempos de auge.

El estudio sostiene que cuando un gobierno decide a corto plazo sobre ingresos fiscales y gastos, la consecuencia suele ser un aumento de la deuda. En cambio, ningún gobierno que tenga diseñar una regla fiscal la va a plantear de manera que haga posible un constante aumento de la deuda.

En vista de ello, los economistas sugieren que la elaboración de reglas fiscales y la creación de comisiones independientes que las supervisen, serían utiles en la situación actual de la crisis de la deuda europea.

Esos instrumentos ayudarían a los países a recuperar la credibilidad en los mercados y, con ello, a reducir los intereses de sus títulos de deuda soberana.

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