Gurría: el ajuste en España funciona, los resultados tardarán años

  • El ajuste que se ha llevado a cabo en España para afrontar sus problemas de competitividad derivados de un modelo centrado en la construcción, y que entre otras cosas ha supuesto recortes salariales, "está funcionando" pero los resultados significativos, sobre todo en empleo, tardarán años.

París, 3 sep.- El ajuste que se ha llevado a cabo en España para afrontar sus problemas de competitividad derivados de un modelo centrado en la construcción, y que entre otras cosas ha supuesto recortes salariales, "está funcionando" pero los resultados significativos, sobre todo en empleo, tardarán años.

Éste es el diagnóstico hecho hoy por el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, que consideró "una buena noticia" y "alentadora" la publicación ayer de los datos del desempleo del mes pasado, ya que "fue el mejor agosto en 20 años, lo que confirma una inflexión" en el mercado de trabajo.

En declaraciones a la prensa tras la presentación del informe anual de la OCDE sobre el empleo, Gurría insistió en que "el ajuste" laboral, junto a las otras reformas estructurales que se han puesto en marcha "está funcionando", pero recordó que ese proceso obligado por la crisis "empezó tarde, y por tanto tuvo que hacerse con mayor urgencia".

Además, -argumentó- España no sólo tiene que afrontar "la normalización" de la situación macroeconómica, sino el "cambio del modelo económico" que consiste en "pasar del ladrillo a la neurona", de un sistema productivo focalizado en la construcción a otro en el que se tendrán que explotar las capacidades intelectuales.

Y ahí el problema es que muchos de los trabajadores de la construcción que se han quedado en paro -en muchos casos inmigrantes que llegaron cuando había demanda de mano de obra en ese sector- no tienen las cualificaciones necesarias para los puestos de trabajo emergentes y necesitan reciclaje, añadió.

Por todo eso, Gurría previno de que "tienen que pasar varios años de un crecimiento sostenido y vigoroso" para que haya resultados, en particular en el empleo, y admitió que "el desafío es muy serio", a imagen del reto de modificar la estructura productiva.

Preguntado sobre si España es uno de los países europeos en los que la política de bajar salarios ha llegado al límite para mejorar la competitividad -como señala la OCDE en su informe-, el secretario general insistió en no dar nombres.

Su línea es que "hay un límite porque llega un momento en que la caída de salarios pasa a ser un problema en sí mismo" puesto que "quita músculo a la recuperación", y "en algunos países hemos llegado a un punto en que esta solución ha llegado al límite" y "continuar puede ser contraproducente".

Tampoco quiso entrar a la cuestión de si se ha abaratado demasiado el despido, al señalar que de lo que se trata es de aumentar la productividad para crear empleos que así van a tener un nivel de remuneración superior.

En el estudio, la organización recomienda a España que se equiparen los costes de despido para los diferentes tipos de contrato, y sugiere reducir las indemnizaciones para los fijos o subsidiar una parte con la reintroducción de la aportación de Fogasa o con un sistema equivalente.

Sobre el problema de los bajos salarios, la OCDE estima que "subsidios al empleo y salarios mínimos pueden garantizar unos ingresos adecuados y limitar el impacto del ajuste económico para esos trabajadores y reducir así su riesgo de pobreza".

España es, de los 34 miembros de la organización, el país con la proporción más alta de contratos temporales, una tendencia que ha aumentado desde el inicio de la crisis.

También es uno de los que se destacan por las caídas de los salarios en términos reales, en concreto un 1,8 % anual desde 2009, "un ajuste mucho más importante que en el total de la zona euro" que "ha ayudado a España a restaurar la competitividad de su economía".

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