I. González: Cataluña ampara su nacionalismo en un falso problema económico

Madrid, 16 oct.- El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha dicho hoy que Cataluña trata de justificar la "ruptura" de la soberanía nacional que proponen con un falso problema "económico", extremo en el que los madrileños tendían "criterios" para sentirse "más perjudicados que nadie".

González ha hecho estas declaraciones en la Asamblea de Madrid donde asiste a la comparecencia de los expresidentes regionales en la comisión que estudia la reforma de la ley electoral.

El presidente regional ha coincidido con unas declaraciones del expresidente socialista de Madrid Joaquín Leguina acerca de que el problema de Cataluña no es estrictamente de índole económica porque, ha dicho, lo que plantea el Gobierno catalán "es una ruptura del consenso constitucional y de la soberanía nacional" que "no tiene encaje en nuestra Constitución".

Para González, "no se sostiene" que Cataluña "trate de justificar" sus argumentos soberanistas "en razone económicas", porque en ese sentido, ha recalcado, los madrileños tienen "criterios" suficientes para sentirse "más que nadie, especialmente perjudicados".

Si el debate fuera económico, ha continuado el presidente madrileño, participarían todas las comunidades en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Sin embargo, para el presidente regional, las aspiraciones catalanas tienen que ver con el interés de "echarle un pulso soberanista al Estado, que no tiene encaje en la Constitución" y contra el que "hay que reaccionar con contundencia".

González he recordado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "dejó claro" que no hay "regímenes fiscales a la carta ni negociaciones de ningún tipo" con ninguna comunidad y que las cuestiones de financiación autonómica se han de resolver "entre todos", en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Además, ha destacado que Cataluña "tiene el modelo de financiación que eligió" porque pudo escoger en su momento entre el concierto, como en el sistema vasco, o el régimen común, por el que se decantó, y ahora "tiene que ajustarse" a eso, mientras que Madrid no pudo elegir.