Irán avanza hacia la autarquía y el aislamiento económico por las sanciones

  • La previsible elección en Irán de un nuevo presidente del sector más conservador del régimen islámico puede llevar al país a una creciente autarquía y propiciar una fuerte inflación derivada de un mayor aislamiento de su economía por las sanciones internacionales.

Chema Ortiz

Teherán, 7 jun.- La previsible elección en Irán de un nuevo presidente del sector más conservador del régimen islámico puede llevar al país a una creciente autarquía y propiciar una fuerte inflación derivada de un mayor aislamiento de su economía por las sanciones internacionales.

Desde hace años, el líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, insta al país a potenciar la autosuficiencia en materia económica y a favorecer al tejido productivo y laboral local, en respuesta a las sanciones económicas impuestas, sobre todo, por Estados Unidos y la Unión Europea y centradas en los sectores petrolero y financiero.

La "resistencia" y de "no hacer concesiones al enemigo", en referencia a Occidente y en especial en la negociación sobre la cuestión nuclear iraní, una política también impuesta por Jamenei, hace prever, asimismo, que las sanciones aumentarán y limitarán gravemente la capacidad de actuación de cualquier Gobierno.

Jamenei declaró el actual año persa, iniciado el pasado 20 de marzo, el de la "epopeya política y económica" de Irán, en referencia al empuje que, según su idea, ofrecerían al país las elecciones presidenciales del próximo 14 de junio y el trabajo conjunto de los sectores económicos público y privado.

Sin embargo, el aumento progresivo de las sanciones de EEUU y la UE causa estragos en Irán, donde las importaciones y exportaciones se financian con dificultad y la industria tiene carencias de materiales y equipos, mientras el Estado reduce su Presupuesto y la inflación y el desempleo se disparan.

Según cifras oficiales, la inflación alcanzó el pasado año persa un 31,5 por ciento y el desempleo superó el 14 por ciento, dos cifras utilizadas por los candidatos presidenciales para criticar al actual Gobierno saliente de Mahmud Ahmadineyad, cuyo sector ha sido marginado de los comicios, y centrar su propaganda electoral.

Por efecto de las sanciones y el bloqueo financiero, las divisas fuertes han triplicado su cotización en Irán en menos de año y medio y el dólar ha pasado de costar unos 11.000 riales iraníes en diciembre de 2011 a 36.000 en mayo de 2013.

Los precios de los productos importados, incluidas mercancías básicas y alimentos, han subido en una proporción similar y muchos artículos nacionales también se han encarecido en gran medida.

El Presupuesto del Estado para este año persa, recientemente aprobado, aunque aumenta un 22 por ciento respecto al del pasado año en riales iraníes, es un 40 por ciento inferior en dólares, un problema muy grave a la hora de financiar los gastos y obras del Estado y sostener al sector público.

Mayo último, con 700.000 barriles de petróleo, la quinta parte de la capacidad exportadora del país, ha sido el peor mes en décadas para la venta de petróleo de Irán, que, aunque intenta promover otros sectores, difícilmente puede sustituir en breve plazo uno que hasta ahora proporcionaba el 80 por ciento del Presupuesto nacional.

La reciente renovación de las exenciones para permitir la compra de petróleo iraní a China, India y otros siete países por parte de EEUU supone un alivio para Teherán, pero se van apretando poco a poco las tuercas al exigir reducciones progresivas en las importaciones.

"La exención de EEUU a algunos de los principales compradores de crudo iraní evita que la economía de Irán quede estrangulada y permite al país mantenerse y pensar en posturas conciliadoras en la cuestión nuclear, pero si no las adopta, las ventas seguirán cayendo y la situación se agravará", dijo a Efe un diplomático europeo.

"Voy a corresponder a la participación masiva del pueblo y la epopeya política que supondrá su participación en las elecciones con una epopeya económica que se materializará en dos años", ha dicho el alcalde de Teherán, el ultraconservador Mohamad Bagher Qalibaf, con lo que resumía los deseos del régimen.

Qalibaf, que ha surgido como el único candidato de la línea dominante principalista del sistema islámico con experiencia y un programa de gestión, ha apuntado que, para sacar adelante sus planes si gana las elecciones, contará con "el potencial de las provincias y la capacidad de la nación".

Pero en un país de casi 80 millones de habitantes, con un acelerado desarrollo en los últimos quince años y cuyas demandas son crecientes, para Qalibaf o cualquier otro candidato, sacar adelante la economía sólo con los recursos nacionales y sin solucionar los problemas internacionales, será poco menos que imposible.

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