El próximo 15 de julio es el último en la vida de la filial española de Gecina. El grupo galo considera que España ya no es un mercado atractivo –a pesar de que el 60% de su capital es propiedad de accionistas españoles- y ha decidido concentrarse en el mercado francés.
En cuatro semanas, la sociedad abandonará las oficinas del Paseo de la Castellana y dejará atrás su corta trayectoria de apenas tres años en España. En mayo de 2008, Gecina realizó su única adquisición en nuestro país. Fue la compra por 55 millones de euros de la sede corporativa de BMW en Madrid.
Dos años después, la estructura de Gecina España, que fue creada en 2007 por el entonces presidente del grupo, Joaquín Rivero, ya se ha reducido a la mínima expresión. Apenas queda media decena de personas, entre ellas el adjunto al presidente, el ejecutivo del grupo Manuel Carriedo y el que fuera responsable de relaciones con inversores de Gecina..
Bami, la sociedad a través de la cual Joaquín Rivero quiere aprovechar las oportunidades que surjan en el mercado inmobiliario español -en estos momentos, Rivero está embarcado en la puesta en marcha de dos promociones de 160 viviendas en Madrid- y que aún está participada en un 49% por Gecina, ha abierto las puertas a todo el equipo, aunque algunos de sus integrantes estudian otras opciones profesionales.
Pero el gran frente abierto de Rivero es la compra del citado 49% de Bami en manos del grupo galo. Ambas partes confían en cerrar un acuerdo antes de final de año. La primera opción es que el empresario jerezano y la compañía francesa se repartan los activos del grupo, cuyo valor se ha depreciado alrededor de un 40% por el impacto de la crisis, que está impactando muy especialmente en el negocio del ladrillo.
La otra opción es la compra del paquete en efectivo. Sin embargo, esta posibilidad choca con la dificultad para valorar los activos de Bami en el escenario actual y, sobre todo, con el interés de Rivero de no levantar suspicacias. La razón es que a primeros de 2009, cuando el jerezano aún controlaba la gestión de Gecina, ésta compró el 49% de Bami por 110 millones de euros.
Comprar por debajo de este precio pondría a Rivero otra vez en el ojo del huracán en Francia, donde ha sido protagonista de varios episodios judiciales por sus enfrentamientos con los accionias franceses de Gecina, de la que Rivero ha sido presidente hasta el pasado mes de febrero. Actualmente, controla el 15,9% del grupo francés, participación que califica de financiera.
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