La campaña por la independencia recurre al simbolismo a un mes del referéndum

  • A un mes del referéndum sobre la independencia de Escocia, los partidarios del "sí" desgranan argumentos económicos y recurren a símbolos históricos para tratar de dar un giro a las encuestas, que vaticinan una victoria de los defensores de la unión.

Guillermo Ximenis

Londres, 17 ago.- A un mes del referéndum sobre la independencia de Escocia, los partidarios del "sí" desgranan argumentos económicos y recurren a símbolos históricos para tratar de dar un giro a las encuestas, que vaticinan una victoria de los defensores de la unión.

El nacionalista Alex Salmond ha convencido a miles de indecisos en los últimos meses, pero todavía está lejos de superar en apoyos a "Better Together" ("Mejor juntos"), la campaña contraria a la separación que han lanzado los tres partidos mayoritarios del Reino Unido -conservadores, laboristas y liberaldemócratas-.

Los escoceses dispuestos a votar por la independencia son un 4 % más en agosto que en julio, un 38 % en total, según la última encuesta de la firma ICM, mientras que los partidarios del "no", un 2 % más que hace un mes, alcanzan el 47 %.

Salmond, un político hábil en el cara a cara, confiaba en que los debates televisados en la recta final de la campaña marcarían un punto de inflexión en los sondeos en vistas a la cita con las urnas del 18 de septiembre, pero hasta ahora no parecen haberle otorgado ventaja.

Tan solo un 19 % de los espectadores percibieron como ganador al líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) en el debate que mantuvo con el laborista exministro de Economía Alistair Darling, que esgrimió la estabilidad de la libra esterlina como principal argumento para que Escocia permanezca en el Reino Unido.

Tras esa derrota parcial, el ministro principal escocés ha continuado subrayando su argumento económico fundamental -que Escocia, rica en petróleo, sería un país próspero por sí mismo-, si bien ha añadido además nuevos elementos simbólicos a su campaña.

Para marcar el último mes antes del plebiscito, Salmond eligió este domingo la abadía de Arbroath, un lugar representativo en la historia escocesa, para dar un discurso centrado en los beneficios financieros de la independencia.

"Nuestro proyecto prevé que en un periodo de 15 años los ingresos fiscales aumentarán en 5.000 millones de libras (6.200 millones de euros), lo que representa unas 1.000 libras por cabeza (1.240 euros) por cada hombre, mujer y niño en Escocia", sostuvo Salmond.

El nacionalista lanzó su mensaje desde el mismo escenario donde en el año 1.320 se redactó la llamada "Declaración de Arbroath", un texto en latín que más de medio centenar de nobles escoceses remitieron al papa Juan XXII para recalcar su soberanía y su derecho a usar la fuerza militar para defenderse.

En ese contexto, Salmond volvió a dirigirse a los indecisos, cuya principal preocupación, según las encuestas, es la viabilidad económica de la independencia.

"Nuestro producto interior bruto per capita es mayor que el del Reino Unido, Francia y Japón", subrayó el líder del SNP, que lamentó que Escocia "ha contribuido a las arcas del Reino Unido más que el resto en los últimos 33 años".

Para recalcar su argumento, Salmond recordó que Escocia "tiene reservas de petróleo y gas que durarán décadas, y energías renovables que durarán para siempre".

El ministro principal escocés trata en las cuatro semanas que restan para el referéndum de contrarrestar el argumento que ha resultado más eficaz a los partidarios del "no", la negativa de Londres a que Escocia mantenga la libra esterlina si abandona el Reino Unido.

La estrategia del Gobierno británico ha minado la hoja de ruta del SNP, que en el Libro Blanco en el que detalló sus planes para una Escocia independiente confiaba en la libra como la moneda del nuevo país y no prevé la creación de una nueva divisa, que nacería sin la confianza de los mercados internacionales.

Ante el reto planteado por Londres, Salmond ha sugerido que Escocia podría mantener la libra de manera informal, igual que otros países hacen con el dólar, si bien esa solución implicaría que el Banco de Inglaterra dejaría de dar apoyo a las entidades comerciales escocesas en caso de crisis, lo que dañaría su imagen hacia el exterior.

Lograr el amparo del Banco Central Europeo (BCE), por otra parte, si Edimburgo decidiera adherirse al euro, sería un proceso que podría llevar tiempo.

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