La cnmv recomienda a las cajas que sean "estrictas" con el código de buen gobierno


La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aconseja a las cajas de ahorros que sean "estrictas" en el cumplimiento del Código Unificado de Buen Gobierno de las sociedades cotizadas, ya que eso les proporcionará "más oportunidades" de culminar con éxito su salida a Bolsa.
En un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), el vicepresidente de la CNMV, Fernando Restoy, afirmó que "en estos momentos" el éxito de las estrategias de captación de recursos en el mercado depende "en una medida significativa" de ofrecer, no sólo un plan de negocio viable, sino también "estructuras de gobierno corporativo que ayuden a la confianza de los inversores".
Por esta razón, Restoy subrayó que "entidades de esta naturaleza -cajas de ahorros- deben de tener un interés particular de ser estrictos, no porque se lo pida la CNMV, sino porque tendrán más oportunidades de culminar con éxito su estrategia de captación".
En cuanto a la comercialización de las acciones, el vicepresidente de la CNMV recordó que no habrá excesivos problemas, ya que estos instrumentos no son considerados como "complejos".
De hecho, Restoy subrayó que la aplicación de las nuevas normas de conducta, recogidas en la denominada MiFID, aunque "no ha sido una tarea sencilla", sí que ha tenido un resultado "en general satisfactorio".
Así, sostiene que "no cabe duda" de que los inversores españoles están ahora "mejor protegidos" que antes de la MiFID, y destacó que las entidades financieras "han realizado un apreciable avance en el cumplimiento de las normas relativas a la prestación de servicios de inversión".
No obstante, Restoy admitió que aún "subsisten deficiencias que deben de ser subsanadas". De esta forma, considera "pertinente" acotar mejor el ámbito de la simple comercialización frente al del asesoramiento.
También sostiene que deben de ampliarse los esfuerzos para ofrecer una mejor información a la clientela, tanto antes como después de prestar el servicio de inversión; y cree que deben realizarse "esfuerzos adicionales" para hacer entender a los clientes que un resultado negativo de conveniencia (es decir, que no es una persona con la formación suficiente como para contratar un instrumento complejo) supone "que el inversor carece de conocimientos y experiencia para comprender la naturaleza del producto ofertado".
Según Restoy, estos esfuerzos deberían permitir la reducción del "elevado porcentaje" de adquisición de algunas emisiones, "sobre todo deuda convertible", por parte de clientes para los que estos productos están considerados como "no convenientes".
Por otro lado, sobre las asignaturas pendientes de la regulación de los mercados financieros en Europa, Restoy hizo hincapié en la necesidad de una mayor armonización de las normas que rigen la comercialización de los productos que se ofrecen a los inversores.
Asimismo, sobre las agencias de calificación ("rating"), el vicepresidente del supervisor aseguró que "los mercados se beneficiarían de un comportamiento más diligente" de estas entidades.
Finalmente, Restoy se refirió a la actuación de la CNMV en el caso de los pagarés de Nueva Rumasa y afirmó que el supervisor "pudo hacer muy poco" en esta materia.
Sin embargo, destacó que la CNMV estuvo "preocupada desde un primer momento" y que hizo hincapié en pedir al Gobierno cambios normativos que ayudasen a proteger al inversor, así como en lanzar un "mensaje muy claro", que era: "Antes de adquirir este producto, asesórese".
Según Restoy, esta labor de la CNMV "contribuyó" a que el alcance del problema "fuera muy inferior".

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