La división entre los Espírito Santo amenaza al BES

  • El Banco Espírito Santo (BES) pasa por uno de los momentos más convulsos de su historia en un ambiente de abierta división en el seno de la familia que controla el grupo del que forma parte la entidad, y donde se han detectado irregularidades contables.

Óscar Tomasi

Lisboa, 25 jun.- El Banco Espírito Santo (BES) pasa por uno de los momentos más convulsos de su historia en un ambiente de abierta división en el seno de la familia que controla el grupo del que forma parte la entidad, y donde se han detectado irregularidades contables.

La escalada de tensión entre las diferentes facciones del clan Espírito Santo dejó de fraguarse entre bastidores y pasó a hacerse pública durante la última semana, con la salida de Ricardo Salgado de la presidencia del BES y la ruptura con el resto de la familia del principal aspirante a sustituirle, su primo José Maria Ricciardi, en el centro de los focos.

Las primeras consecuencias negativas de esta "guerra" -como la califican varios medios lusos- se han producido en Bolsa, donde la cotización tanto del banco como del Espírito Santo Financial Group se ha hundido, con unas pérdidas equivalentes a cerca de 900 millones de euros desde el pasado viernes y hasta el inicio de la sesión de hoy.

La familia Espírito Santo es una de las más ricas, influyentes y poderosas de Portugal desde principios del siglo pasado, aunque los comienzos de su andadura en el terreno financiero se remontan a 1869, con la apertura de una pequeña "caja de cambio" en pleno centro de Lisboa.

De ahí nació un emporio que abarca ahora diferentes sectores -turismo, seguros, construcción, sanidad, etc.- y que se encuentra todo él bajo el paraguas del llamado Grupo Espírito Santo.

En una de las ramas de este conglomerado empresarial ("Espírito Santo International"), una reciente auditoría detectó irregularidades contables, lo que ha motivado incluso una investigación en Luxemburgo, donde esta firma tiene su sede.

A este descubrimiento se sumaron las declaraciones de uno de sus contables, que reveló al semanario "Expresso" que manipuló las cuentas con la connivencia de Ricardo Salgado para que no reflejasen la delicada situación financiera por la que atravesaba.

El Grupo Espírito Santo, de hecho, ya se había visto envuelto en la polémica por crear fondos de inversión cuyos principales activos eran empresas pertenecientes al entramado de la familia.

En este difícil contexto, el propio Salgado, presidente del BES, anunció su marcha el pasado viernes tras 22 años en el cargo.

Desde entonces, las acciones de la entidad se han desplomado en la Bolsa de Lisboa, reflejo de una inestabilidad que no tiene visos de resolverse hasta el próximo 31 de julio, cuando el consejo de administración debe elegir a su sustituto.

Amílcar Morais Pires, actual administrador financiero del banco, fue el nombre acordado por la familia Espírito Santo para proponer como nuevo presidente.

El Grupo Espírito Santo es controlado por cinco ramas del clan, representadas por María do Carmo Galvao -la mujer más rica del país-, Ricardo Salgado, António Ricciardi, José Manuel Espírito Santo y Pedro Mosqueira do Amaral.

Todas las quinielas apuntaban a José Maria Ricciardi como nuevo máximo responsable. "Al haber prevalecido un proyecto alternativo para el BES al cual no fui llamado a intervenir, no se justifica que continúe participando en los órganos sociales de las empresas del Grupo Espírito Santo", explicó el afectado.

La decisión de elegir a Morais Pires y no a José Maria Ricciardi -quien era señalado a priori como claro candidato- se atribuye en Portugal a la intervención del banco central luso, que querría separar a todos los miembros de la familia de la gestión de la entidad ante el riesgo de que los problemas en el resto del grupo acaben por "contaminarlo".

Este extremo, sin embargo, fue desmentido por Ricciardi, quien aseguró públicamente que fue invitado a ocupar el puesto de Salgado, pero al no contar con el consenso de la familia -sólo tres de las cinco ramas en que se divide el clan votó a favor- optó por dar un paso atrás.

La brecha entre las diferentes facciones de los Espírito Santo ya se hizo ostensible meses atrás, en noviembre de 2013, cuando Ricciardi y Salgado mantuvieron un rifirrafe público por el control del banco, considerado la "joya de la corona" dentro del grupo.

El BES es actualmente el mayor banco privado de Portugal en volumen de activos, equivalentes a 82.817 millones de euros, cuenta con presencia en países como Angola, Brasil o España, tiene una plantilla total superior a los 10.000 empleados, y cerró 2013 con 517 millones de euros de pérdidas.

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