La especulación sin escrúpulos de internet: así se hace rico un 'cazador' de dominios

  • Mike Mann es uno de los últimos 'cazadores' de dominios de la vieja escuela. Su trabajo es explorar la web en busca de los mejores nombres y registrarlos antes de que otro se anticipe. Después, los vende por cifras que añaden varios ceros a su precio original.
Mike Mann, un 'cazador' de dominios de la vieja escuela
Mike Mann, un 'cazador' de dominios de la vieja escuela
David G. Ortiz

Internet también tiene su lacra en forma de especulación, que como la inmobiliaria se vale de lo más sagrado, la vivienda, para hacer dinero.

Los dominios son para una web lo que una casa es para las personas, el lugar donde recibe a las visitas, y por eso es cada vez más frecuente pagar desorbitadas sumas de dinero por una dirección acorde con el propietario.

A medida que se va acabando el terreno edificable (es decir, los nombres disponibles), suben los precios, y decenas de individuos sin escrúpulos comienzan a ver la oportunidad de vender por una cifra mucho más alta de lo que compraron.

Es el caso de Mike Mann, el 'cazador' de dominios estadounidense que fundó en 1998 BuyDomains.com, probablemente el mercado secundario de dominios más grande del mundo. En 2005 se lo vendió a Highland Capital (ahora NameMedia) por 80 millones, y en la actualidad todavía posee un 15% de la compañía.

Las condiciones del acuerdo le hicieron colgar un tiempo el fusil, pero hace cosa de dos años volvió a la caza con DomainMarket.com, que según sus propios datos ingresa alrededor de 400.000 dólares todos los meses.

Su negocio es sencillo: permanecen siempre alerta para hacerse con los dominios más jugosos cuando sus dueños deciden deshacerse de ellos o cuando, en un descuido de lo más costoso, olvidan renovarlos.

Aunque esa es la estrategia principal de los especuladores, hay un negocio mucho más arriesgado en el que Mann ha estado centrando sus esfuerzos en los últimos tiempos. Se trata de comprar dominios libres, que todavía no han sido registrados, y esperar a que una nueva empresa vaya a buscarlos.

Esta misma semana, Mike salió de caza. En menos de 24 horas, entre el martes y el miércoles, registró 14.962 dominios, con un coste cercano a los 100.000 dólares. De su olfato y su experiencia dependerá que, efectivamente, haya gente interesada en adquirirlos.

"Simplemente soy avaricioso", confiesa Mann al portal CNet. "Quiero poseer el mundo".

El proceso es mitad humano, mitad robótico. Primero utiliza un software propio para identificar palabras clave (keywords) con tirón en Google y filtrar aquellas que infringen de forma obvia la propiedad intelectual de marcas consagradas. Después, esa misma herramienta clasifica y puntúa las posibles adquisiciones. Y finalmente Mike entra en juego.

"Soy el filtro humano más eficiente del mundo", presume. "No creo que haya alguien capaz de leer listas de dominios tan rápido como yo" y además identificar cuáles encierran la posibilidad de hacer dinero.

La publicidad contextual redondea el negocio. Mientras permanecen 'aparcados', los dominios en venta se llenan de anuncios (tipo Google AdSense) que aportan al especulador una segunda vía de ingresos, en función de los clicks que consigan atraer.

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