La leyenda negra de los errores informáticos en Wall Street

  • ¿Error humano o excusa perfecta? La fuerte caída de las bolsas estadounidenses el jueves ha sido atribuida al fallo de un operador al que el teclado de su ordenador le jugó una mala pasada. No es la primera vez. Hace ya más de dos años un fraude de 4.900 millones protagonizado por un broker de Société Générale fue explicado inicialmente como un error humano.
E.Utrera

Inversores y analistas aún están perplejos por el crash provisional que sufrieron las bolsas estadounidenses el pasado jueves. En medio de una oleada de rumores, prontó se filtró en el mercado que el origen de la tormenta bajista estaba en el error de un broker. Una historia que tiene precedentes y de la que muchos desconfían.

Corría el mes de enero de 2008 cuando saltó el rumor. Un error en la introducción de una orden en el sistema estaba provocando una fuerte caída de las cotizaciones en todas las bolsas europeas. Pero nada más lejos de la realidad. La verdad es que el mercado estaba descontando un fraude de 4.900 millones de euros provocado por un operador de Société Générale, el tristemente famoso Jérome Kerviel.

El broker, cuyo sueldo anual no superaba los 50.000 euros anuales, fue capaz de poner los mercados patas arribas –el Ibex 35 y el CAC francés se desplomaron el 21 de enero de 2008 alrededor de un 7%- por no cumplir una regla de oro de la operativa bursátil: cubrir los riesgos de las operaciones. Todo el sistema de control riesgos del gigante financiero galo saltó por los aires.

Ayer, muchos recordaron el episodio de hace más de dos años en París. En cuestión de minutos,los índices estadounidenses se desplomaron más de un 9% -casi 1.000 puntos- en pleno ataque de pánico de los inversores.

Pronto saltó una explicación: un broker del gigante Citigroup –que ha desmentido la versión- había cambiado la tecla de los million -nuestro millón- por la de los billión -1.000 millones en castellano- y había convertido un orden de venta irrelevante en un torpedo contra la frágil línea de flotación de los mercados.Al tiempo, aprovechando la caída, numerosos hedge funds que estaban sufriendo fuertes pérdidas estaban cerrando sus posiciones de alto riesgo a toda velocidad.

Una jugada perfecta mientras el mercado se llenaba de rumores alternativos, desde un ataque vendedor masivo con productos sofisticados hasta programas informáticos que fallaron.Los errores humanos son habituales en bolsa. De hecho se producen todos los días y en todos los mercados, porque cometerlos es tan fácil como usar la tecla equivocada.

Por eso son tantos los que dudan de que una sola equivocación sea susceptible de provocar un auténtico desplome como el que el jueves sufrió la mayor bolsa del mundo. Lo cierto es que los sistemas de control fallaron estrepitosamente: Accenture llegó a valer sólo un céntimo de dólar y la gestora Fidelity llegó a perder 1.000 millones de dólares de valor de mercado.

Desde luego, el caos generado sí fue una excusa perfecta para que muchos hicieran un pingüe beneficio en cuestión de minutos. Como el que hace dos años largos creía estar haciendo aquel broker francés de 31 años nacido en Bretaña, hijo de un herrero y de una peluquera, que se había labrado un bonus de 600.000 euros gracias a un buen puñado de operaciones aparentemente muy rentables que el sistema de control de riesgos no se encargó de verificar.

Pocos días después un directivo del banco francés definió a Kerviel como "un formidable disimulador" y "un genio de la informática". ¿Cómo los que hundieron Wall Street el jueves?

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