La ONU destaca el descenso del cultivo de coca en Colombia y el aumento en Perú y Bolivia

  • Viena.- El cultivo de coca descendió en América del Sur un ocho por ciento en 2008, hasta las 167.600 hectáreas, debido a que la reducción en Colombia compensó el "preocupante" aumento en Perú y Bolivia, según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE),

La alianzas de las "maras" y los carteles mexicanos fortalecen el contrabando de drogas
La alianzas de las "maras" y los carteles mexicanos fortalecen el contrabando de drogas

Viena.- El cultivo de coca descendió en América del Sur un ocho por ciento en 2008, hasta las 167.600 hectáreas, debido a que la reducción en Colombia compensó el "preocupante" aumento en Perú y Bolivia, según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE),

En Colombia, el principal productor mundial del alcaloide con un 48,3 por ciento de la superficie, la tierra dedicada a la coca cayó un 18 por ciento hasta las 81.000 hectáreas, según la JIFE, un órgano independiente dentro del sistema de la ONU.

Esto dio como resultado que la cocaína potencial que se podría fabricar ha sufrido también una considerable merma del 28 por ciento, hasta las 470 toneladas.

Por el contrario, en Perú y Bolivia se registró por tercer año consecutivo un aumento de la extensión de los cultivos lo que es observado "con preocupación" por la JIFE.

En Bolivia desde 2000 se ha duplicado dicha superficie hasta llegar a las 30.500 hectáreas en 2008, el 18,2 por ciento del total de América del Sur, y un 6 por ciento más que el año anterior.

Igualmente en Perú se registró un aumento del 45 por ciento entre 1999 y 2008, hasta las 56.100 hectáreas.

La fabricación potencial de cocaína aumentó en Perú hasta las 302 toneladas y en Bolivia hasta 113, lo que equivale al 36 y el 13 por ciento de la elaboración potencial mundial, respectivamente.

Así, la ONU "exhorta" a Perú y a Bolivia a que "intensifiquen sus actividades de erradicación" y a que "pongan coto al cultivo ilícito creciente".

"En 2008 la fabricación potencial de cocaína de América del Sur fue de 845 toneladas, un 15 por ciento menos que en 2007 y el volumen más bajo desde 2003", subraya el documento.

La incautación de cocaína ha aumentado en los tres principales países productores de hoja de coca: en Bolivia, un 45 por ciento, hasta las 21,6 toneladas; en Perú el doble, hasta las 16,8 toneladas, y en Colombia un 57 por ciento, hasta las 198,4 toneladas.

Venezuela sigue siendo el principal punto de salida de la cocaína desde América Latina hacia Europa Occidental, el segundo mayor mercado tras EEUU.

África occidental ha perdido pujanza en las rutas de la cocaína hacia el Viejo Continente en favor de los Balcanes y Europa Oriental, desde dónde se dirigen a los países occidentales más ricos.

En América del Sur casi un millón de personas recibe tratamiento por abuso de drogas ilegales, un efecto de que la región sea un lugar de producción, consumo, tráfico y tránsito de drogas, según el trabajo de la JIFE.

La prevalencia del abuso de cocaína en la región entre personas de 15 a 64 años se sitúa en el 0,9 por ciento, el doble de la tasa mundial.

En el informe se indica que la prevalencia en Chile de esta droga en la vida adulta se situó en el 7,7 por ciento en 2008 -más del doble que en 1994- muy por encima, por ejemplo, de Colombia, donde alcanzó el 0,7 por ciento.

Otra novedad es que la JIFE ha empezado a registrar casos de fabricación de drogas sintéticas en América del Sur. También continuó en la región la tendencia creciente de desviar precursores para fabricar estimulantes anfetamínicos.

Este órgano independiente indica que los traficantes de drogas siguen aprovechándose de los grupos más vulnerables, y pone como ejemplo que en Ecuador y Paraguay el 34 y el 90 por ciento, respectivamente, de los detenidos relacionados con el narcotráfico eran desempleados.

Por último "la Junta observa con preocupación que en algunos países de América del Sur, como Argentina, Brasil y Colombia (y de América del Norte, EEUU y México), hay un movimiento creciente en favor de la despenalización de la posesión de drogas".

La JIFE teme que "si los respectivos gobiernos no lo combaten decididamente, (ese movimiento) pueda socavar los esfuerzos nacionales e internacionales para luchar contra el uso indebido y el tráfico ilícito de estupefacientes".

Mostrar comentarios