Lisboa, 27 sep.- La presión sobre la deuda soberana de Portugal se relajó hoy y permitió al bono luso a diez años cotizar por debajo del 7 % pese a la decisión del Constitucional de anular varios ajustes aprobados por el Gobierno.
El fallo del tribunal que invalida varias medidas incluidas en la reforma laboral, conocido ayer, no ha tenido repercusión de momento en los mercados, que parecen más pendientes de la evolución de la crisis política italiana.
El bono portugués a diez años cierra desde hace más de dos semanas a un interés superior al 7 %, tasa considerada insostenible por los expertos.
Hoy en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública- el bono luso a diez años se pagaba concretamente al 6,97 %.
A cinco años, la rentabilidad exigida por los inversores caía cuatro puntos básicos, hasta el 6,4 %, y a dos años reculaban más de seis puntos, hasta el 5,5 %.
La evolución de estos intereses preocupa en Portugal, que dejará de recibir fondos de la ayuda internacional por la UE y el Fondo Monetario Internacional en junio de 2014 y necesita por ello volver a financiarse de forma independiente.
Para lograrlo, el país precisa volver a emitir deuda a largo plazo -con vencimiento superior a dos años- a cambio de tasas sostenibles.
Especialistas en finanzas observan el mercado secundario como una referencia para prever el resultado de futuras subastas de obligaciones y recuerdan que por el momento la rentabilidad exigida por los inversores continúa siendo demasiado alta.
El Gobierno conservador luso confía en mejorar la confianza de los mercados en Portugal en los próximos meses para evitar así precisar de un segundo rescate, una posibilidad con la que ya se especula en el país.
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