La presión sobre la deuda portuguesa se relaja pero sigue por encima del 7 %

Lisboa, 16 jul.- Los mercados aliviaron hoy ligeramente su presión sobre la deuda soberana de Portugal, aunque los intereses que penalizan sus títulos a diez años se mantenían por encima de la barrera psicológica del 7 %.

Los inversores continúan así expectantes a la espera de una solución a la crisis política que atraviesa el país desde hace dos semanas, con los tres principales partidos políticos lusos en negociaciones para llegar a un acuerdo de "salvación nacional".

También la Bolsa de Lisboa evolucionaba de forma positiva después de sufrir fuertes pérdidas durante este período convulso y subía hoy un 0,32 % a las 11.30 horas GMT.

La presión sobre los títulos portugueses con vencimiento a diez años, utilizados como referencia, se relajó hoy y el interés cayó ocho puntos base hasta situarse en el 7,2 %, distanciándose así del 8 % al que llegó a cotizar el pasado viernes.

A cinco años, los inversores exigían en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública- un 6,9 % de rentabilidad, una décima menos que ayer.

En el caso de las obligaciones lusas a dos años, la tasa se situó en el 5,7 %, también por debajo de la cifra registrada en la sesión anterior.

Pese a esta mejora, los intereses continúan en niveles elevados según los analistas, y contrastan con los mínimos batidos el pasado mes de mayo, cuando a dos, cinco y diez años cotizaban al 2,9, el 4,5 y el 5,5 %, respectivamente.

Portugal afronta mañana una nueva prueba ante los mercados con una emisión de deuda a corto plazo con la que espera colocar entre 1.250 y 1.500 millones de euros en títulos a cinco y doce meses.

La subasta servirá para comprobar la reacción de los inversores a la crisis política lusa, que ya se prolonga durante dos semanas y que ha generado incertidumbre en torno al futuro del Gobierno conservador portugués.

Los tres principales partidos del país continúan hoy con el proceso de diálogo iniciado el domingo para intentar encontrar un consenso que permita la firma de un "compromiso de salvación nacional", y garantizar así que Portugal cierra con éxito el programa de asistencia financiera acordado con la UE y el FMI.