La quiebra de Alpine arrastra consigo las cuentas y la acción de FCC

  • La segunda mayor constructora de Austria, Alpine, ha protagonizado hoy una de los mayores casos de insolvencia del país acuciada por una deuda financiera de 289 millones de euros, una situación que ha arrastrado la cotización en bolsa de su matriz FCC, que se ha dejado un 5,17 %.

Madrid/Viena, 19 jun.- La segunda mayor constructora de Austria, Alpine, ha protagonizado hoy una de los mayores casos de insolvencia del país acuciada por una deuda financiera de 289 millones de euros, una situación que ha arrastrado la cotización en bolsa de su matriz FCC, que se ha dejado un 5,17 %.

Después de anunciar ayer que estaba preparando el concurso de acreedores, Alpine -propiedad en un 100 % de FCC- ha solicitado formalmente esta mañana el procedimiento de insolvencia ante el Tribunal de Comercio de Viena después de que hubiesen fracasado las negociaciones para recibir una nueva inyección de liquidez.

Los títulos de Alpine, la segunda mayor constructora austríaca, han quedado suspendidos indefinidamente a partir de hoy en la Bolsa de Viena, mientras que las acciones de FCC se han anotado el mayor recorte del IBEX 35 -el principal selectivo de la bolsa española- hasta los 7,4 euros por acción.

Ante la imposibilidad de Alpine para hacer frente al cumplimiento de sus obligaciones, FCC ha comunicado hoy al supervisor bursátil español que esta situación "recomienda" provisionar la totalidad del valor de su filial austríaca, lo que producirá un resultado negativo después de impuestos de 289 millones de euros en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada para este ejercicio.

La quiebra no afectará, sin embargo, de manera "sensible" a los objetivos del Plan Estratégico de la matriz, que mantiene las previsiones de generación de caja, ebitda y deuda neta para el horizonte de 2015.

Desde Deutsche Bank creen que el concurso de acreedores de Alpine puede reportar a FCC ciertos beneficios gracias a las desconsolidación de la austríaca de las cuentas del grupo y a que no se van a llevar a cabo más inyecciones de liquidez.

En este contexto, la tercera mayor constructora de Austria -PORR- ha expresado su interés en asumir de manera razonable parte de la filial de FCC o una estructura total para Austria.

A este respecto ya están en curso las conversaciones, ha señalado la empresa en un comunicado.

La insolvencia de Alpine se sigue con especial preocupación en Austria. De hecho, el ministro de Asuntos Sociales, Rudolf Hundstorfer, se ha reunido hoy con los directivos de la constructora y de su consejo de administración, así como con el Servicio del Mercado Laboral y el Fondo de Indemnizaciones de Insolvencias para estudiar la situación.

La insolvencia de Alpine Bau no afecta a varias sociedades del grupo Alpine Holding, según ha asegurado Hundstorfer. Entre ellas, Alpine-Energie o Hazet, que el grupo había puesto a la venta sin éxito meses atrás.

Una vez abierto el procedimiento concursal, se ha nombrado administrador de la sociedad al abogado Stephan Riel y se ha fijado para el próximo 4 de julio la primera asamblea de acreedores.

Hans Georg Kantner, experto en insolvencias de la asociación de protección de acreedores KSV, ha precisado a Efe que el número de acreedores de Alpine Bau, sociedad operativa de Alpine, se sitúa en torno a los 8.000, en su mayoría empresas y proveedores, además de los cerca de 6.500 empleados.

No están incluidos los tenedores de títulos ya que éstos los emite Alpine Holding, un consorcio que aglutina unas 200 sociedades operadoras, de las que "pensamos que algunas tendrán problemas, y otras no", explicó Kantner.

Después de no haber logrado vender parte del negocio, las necesidades financieras ascendían a unos 450 millones de euros, lo que la empresa austríaca pretendía superar con una nueva inyección de capital por parte de FCC y una condonación parcial de su deuda tras la quita que ya se llevó a cabo a finales de marzo por importe de 150 millones de euros.

El año pasado, Alpine registró unos números rojos de 450 millones de euros, una tendencia negativa que ha continuado en el primer trimestre del año, cuando ha perdido 90 millones antes de impuestos, 53 millones más que lo fijado en su plan de reestructuración.

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