La secretaria de Empleo niega tres veces la verdad sobre la reforma laboral

    • La secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, ha defendido que se está frenando la destrucción de empleo y que Europa ya no exige a España flexibilizar el marco laboral.
    • Su tesis choca con lo que demuestra la evolución del paro en los últimos meses y las opiniones de los expertos.
El paro se mantiene en marzo por encima de los cinco millones
El paro se mantiene en marzo por encima de los cinco millones
Ana P. Alarcos

"Ninguno de los vaticinios catastrofistas que surgieron antes de la reforma laboral se ha llevado a la práctica. Se lo digo desde la prudencia". Con estas palabras resumió ayer la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, el legado que ha dejado la normativa del mercado de trabajo que puso en marcha el Gobierno el año pasado.

Según la responsable de Empleo, España ha conseguido frenar el ritmo de destrucción de empleo, no está viviendo despidos masivos y, por primera vez en muchos años, Europa no le ha pedido aplicar nuevas medidas para flexibilizar el marco laboral. Una tesis sobre la que existen muchos datos en contra.

De hecho, Hidalgo aseguró que en 2012 los datos no fueron tan malos como se esperaba. Sin embargo, las estadísticas demuestran que ese ejercicio ha sido el peor desde 2009 en crecimiento de paro.

La Encuesta de Población Activa del INE señala que España cerró 2012 con casi 6 millones de desempleados, tras sufrir el mayor incremento anual desde el ejercicio 2009 (de 691.700 personas).

Además, y aunque es cierto que en febrero el desempleo ha registrado el menor repunte de un segundo mes del año desde que arrancó la crisis, la cifra de parados sigue batiendo récords.

Por si fuera poco, en las últimas semanas han salido a la luz los planes de ajuste de empresas tan conocidas como Iberia, Caixabank, Novagalicia Banco u Orizonia. Todas ellas han confirmado que se disponen a aplicar duros ajustes de plantilla.

En el caso de la aerolínea, el ERE afectará a 3.807 empleados, lo que ha desembocado en la mayor huelga de la historia de la compañía, mientras que la entidad catalana ha anunciado el recorte de 3.002 empleos. La fusión de las cajas gallegas, por su parte, prepara un ERE que afectará a otras 1.850 personas, mientras que el grupo de agencias de viajes prevé recortar entre 3.000 y 3.500 empleos.

Por tanto, y sumando esta batería de cifras, se descubre que hay alrededor de 11.700 puestos de trabajo en peligro solo en estas cuatro compañías y que, sin duda, se tratan de despidos masivos.

Pero aquí no acaban las sorpresas. Desde el Ministerio de Empleo reconocen que la reforma laboral, "por sí misma, no va a conseguir crear empleo. Para ello, es necesario que la economía vuelva a crecer. Solo así se logrará".

Es decir, que se esperan más subidas en el número de parados a lo largo de este año, ya que, según los pronósticos de los organismos internacionales, el PIB español seguirá cayendo en este ejercicio.

Suma y sigue, porque Hidalgo también defiende que Bruselas ha dejado de insistir en que el mercado laboral español necesita una mayor flexibilización. Un argumento que llegó horas después de que Europa lanzara una serie de recomendaciones a España; entre ellas, seguir con las reformas del mercado laboral.

En concreto, la Comisión Europea ha pedido hacer hincapié en factores como ahondar en las políticas activas para generar empleo. Es decir, pide claramente que se mantengan los esfuerzos.

Además, como asegura Antonio González, representante de UGT en el Consejo Económico y Social (CES), "en España lo que se está produciendo es un exceso de la flexibilidad externa de las empresas, no de la interna".

Con estas palabras, González incide en que parte del tejido empresarial no está apostando por vías alternativas al despido (como la reducción de salario o jornada), sino que se guía por el camino más rápido.

Es más, según recuerda el experto mencionando datos de la OCDE, "España es el país desarrollado que más ha reducido la protección al despido individual y colectivo en las últimas tres décadas". Es decir, que en vez de buscar medidas que permitan flexibilizar el tamaño de las plantillas, se acude mayoritariamente a los recortes de personal.

Esta percepción choca frontalmente con lo que, según Hidalgo, es el corazón de la reforma laboral: la flexibilización interna o, lo que es lo mismo, la puesta en marcha de alternativas al despido tradicional.

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