Lanzarote pide a la UE que vigile vía satélite la zona de las prospecciones

  • El Cabildo de Lanzarote ha pedido a la Unión Europea que su Agencia de Seguridad Marítima (EMSA) active un protocolo de vigilancia vía satélite de la zona donde Repsol está realizando sus prospecciones, unos 50 kilómetros al este de la isla, para detectar posibles vertidos.

Las Palmas de Gran Canaria, 16 dic.- El Cabildo de Lanzarote ha pedido a la Unión Europea que su Agencia de Seguridad Marítima (EMSA) active un protocolo de vigilancia vía satélite de la zona donde Repsol está realizando sus prospecciones, unos 50 kilómetros al este de la isla, para detectar posibles vertidos.

En un comunicado, el Cabildo reconoce que es a cada Estado miembro al que corresponde solicitar a la EMSA la vigilancia vía satélite de una zona concreta del mar, pero asegura que ha decidido dirigirse directamente a la UE porque considera que el Gobierno español actúa "en connivencia manifiesta" con Repsol.

La institución insular que preside Pedro San Ginés (CC) sostiene que, como consecuencia de esa "connivencia", se ha "ocultado información básica ambiental en los procesos administrativos" seguidos para autorizar las prospecciones petrolíferas en esa zona y se ha generado "una pérdida absoluta y reiterada de la credibilidad" de los técnicos que han intervenido en ese expediente.

"Repsol y el Gobierno de España promueven una ofensiva informativa basada en manifiestas falsedades y carentes, obviamente, del imprescindible rigor que debería otorgarse al tratamiento de unas operaciones de alto riesgo que amenazan intereses fundamentales de las Islas Canarias", opina el Cabildo de Lanzarote.

Hasta la fecha, todas las resoluciones dictadas por el Tribunal Supremo y por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias avalan que las autorizaciones han respetado la ley y los controles de valoración de impacto ambiental exigibles a este tipo de proyectos.

Sin embargo, el Cabildo de Lanzarote denuncia que existe una "ausencia de información veraz de lo que sucede día a día en el entorno donde Repsol perfora (desde el 18 de noviembre) un pozo inclinado de 3.170 metros de profundidad".

A su juicio, "es imprescindible activar todos los mecanismos posibles para conocer sobre el terreno y de forma permanente los impactos ambientales derivados de unas operaciones que tienen lugar a tan solo 50 kilómetros de las islas".

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