Las entidades de crédito no asumirán la deuda que las inmobiliarias no pagan

  • Madrid.- La Asociación Hipotecaria Española (AHE) aseguró hoy que las entidades de crédito no están en condiciones de asumir, sin poner en peligro su propia viabilidad, la deuda de 325.000 millones de euros que las inmobiliarias no pueden devolver, mientras los promotores reclamaron que no se las destruya.

Las entidades de crédito no asumirán la deuda que las inmobiliarias no pagan
Las entidades de crédito no asumirán la deuda que las inmobiliarias no pagan

Madrid.- La Asociación Hipotecaria Española (AHE) aseguró hoy que las entidades de crédito no están en condiciones de asumir, sin poner en peligro su propia viabilidad, la deuda de 325.000 millones de euros que las inmobiliarias no pueden devolver, mientras los promotores reclamaron que no se las destruya.

En el XXVIII Coloquio Nacional de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), el presidente de la AHE, Santos González, apeló a la necesidad de abrir un debate sobre la viabilidad de un sector que ni siquiera puede afrontar el pago de los 15.000 millones de euros de intereses que genera su deuda financiera.

El presidente de la AHE, que representa al 80 por ciento del mercado de los préstamos hipotecarios, reconoció que las relaciones con las inmobiliarias atraviesan un "momento agrio", en el cual la renegociación de la deuda está resultando muy difícil y ya no se aceptan como pago unos activos que cada vez valen menos.

"El futuro no es mucho mejor de lo que hemos vivido durante estos dos años de crisis", afirmó el presidente de la AHE, quien pidió a una audiencia constituida mayoritariamente por promotores y constructores que dejen de achacar "todos sus males" a bancos y cajas de ahorros.

No se trata de vender "unas pocas casa más", según dijo, sino de abrir un debate sobre cuál va a ser el futuro del sector inmobiliario y qué se hace con su deuda, pero sin pretender hacer "borrón y cuenta nueva".

En su opinión, esta tarea requiere un diálogo en el que también tienen que implicarse el Gobierno, el Banco de España y el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

No sólo está en juego el futuro del sector inmobiliario, sino el del financiero, ya que, dijo, "la presión del crédito hipotecario (concedido a inmobiliarias) es muy fuerte, afectando a la viabilidad de las entidades".

Dicha presión afecta a la calificación crediticia de las entidades, con las consecuencias que ello tiene sobre la liquidez de un sector financiero que todavía no ha recuperado del todo la liquidez.

Frente al planteamiento de la AHE, el presidente de la APCE, José Manuel Galindo, hizo un llamamiento para que no se permita la destrucción de un sector y unas empresas que, una vez superada la crisis, van a tener que satisfacer una demanda estructural de 350.000 viviendas anuales, lo que supondrá un peso de la inversión residencial en el PIB del 7,5 por ciento.

Galindo reconoció que en el pasado se cometieron excesos que llevaron a una sobreproducción que ocasionó un incremento desmedido de los precios, si bien apuntó a las entidades financieras como colaboradoras necesarias, al tiempo que animó a los promotores a "pelear por la subsistencia" de una industria indispensable para el futuro de la economía.

A su juicio, esa lucha pasa por que las administraciones públicas sigan poniendo en marcha iniciativas que den impulso a un sector que es "vulnerable, no tiene capacidad para autorregularse y depende casi absolutamente de la banca".

En su opinión, la solución tiene que venir de un debate a tres bandas entre la administración, el sistema financiero y el sector inmobiliario.

Para la responsable del sector constructor de la consultora KPMG, Elena Pisonero, la reordenación del panorama inmobiliario todavía tardará algunos años más en consumarse.

Según Pisonero, está siendo un ajuste muy lento y doloroso, sobre todo en términos de empleo, que al final dejará un sector que no tendrá nada que ver con el que había al comienzo de la crisis.

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