Las fotos de José Medeiros recrean las "raíces brasileñas" en Lisboa

  • La visión humanística sobre las raíces brasileñas que el fotógrafo José Medeiros introdujo en el fotoperiodismo del país sudamericano desde la década de los cuarenta llegó hoy a Portugal con la exposición "Crónicas de Brasil".

Lisboa, 17 ene.- La visión humanística sobre las raíces brasileñas que el fotógrafo José Medeiros introdujo en el fotoperiodismo del país sudamericano desde la década de los cuarenta llegó hoy a Portugal con la exposición "Crónicas de Brasil".

Algunas de los más destacados reportajes realizados por Medeiros (1921-1990) para la revista "O Cruzeiro" centran la muestra en la que aparecen, hasta el 4 de abril, sus fotos sobre los indios Xingú, su famoso trabajo sobre el rito iniciático al culto "candomblé" que realizó en 1951, o su paso por las zonas más deprimidas del país.

"Con estos trabajos mostró las raíces brasileñas, además de las raíces del nordeste, una región históricamente más necesitada; con ellas introdujo la sensibilidad y una postura de vertiente más humanista" en el fotoperiodismo, explica Sergio Burgi, comisario de la exposición junto a Élise Jasmin.

Estas fotos contrastan con "su mirada más crítica hacia la sociedad urbana y la elite" de la ciudad de Río, que retrato para la publicación brasileña.

Estos trabajos también se exponen en la capital lusa bajo el nombre "Brasil era una fiesta" para completar la doble muestra sobre Medeiros, perteneciente al programa del Año de Brasil en Portugal.

"Siempre que pudo introdujo temas en la revista escogidos por él -comenta Burgi sobre el fotógrafo- y el universo aquí representado es siempre afectivo, de empatía con quien se relaciona a través de la fotografía".

Algunas de las imágenes corresponden a primeros contactos de los indígenas con la fotografía, lo que refuerza el "aspecto documental" de su obra, una de las claves de su "renovación de lenguaje" fotográfico.

Estas novedades las trasladaría junto al también fotógrafo de O Cruzeiro Luiz Carlos Barreto en los años 60 al cine con su labor como director de fotografía para el movimiento del Cinema Novo brasileño, en el que también cultivó la objetividad humanística o el uso privilegiado de la luz natural frente a la artificial.

Medeiros ejerció de "poeta de la luz" de este movimiento fílmico, como se le conoció en aquella época, en obras como "A Falecida" (1965) de Leon Hirszman, "Memórias do Cárcere" (1984) de Nelson Pereira dos Santos, o "Chica da Silva", dirigida por Carlos Diegues.

La obra de Medeiros fue posteriormente una referencia para compatriotas fotoperiodistas como Rivaldo Teixeira o Walter Firmo, aunque en ello tuvo mucho que ver la propia revista "O Cruzeiro"

"Fue una revista de grandes recursos y repercusión, con reportajes que no serían admitidos por otras", cuenta Burgi sobre una publicación que llegó a vender 750.000 ejemplares por semana en los cincuenta y cuya política comercial fue convertir a los reporteros en "estrellas" y no renunciar a la "calidad".

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