Las grandes constructoras españolas deben internacionalizar el 70% de su actividad para ser viables

El director general de FCC Construcción, Avelino Acero, manifestó este jueves que para que las grandes constructoras españolas sean viables tendrán que trasladar un mínimo del 70% de su actividad al extranjero.
Así se expresó Acero en una mesa redonda con representantes de FCC, Ferrovial, Sacyr, Acciona y OHL en el marco del VI Encuentro del Sector de las Infraestructuras.
Acero hizo esta advertencia basándose en el hecho de que la construcción va a tener un peso máximo del 8% del PIB de la economía española, cifra que se sitúa en la media de la UE. En la misma línea, el presidente de la División de Construcción de OHL, Francisco Marín, estimó que el peso de la construcción en España no superará el 10% y recordó que en 2002 alcanzó el 18%.
Por su parte, el director de Construcción de España de Ferrovial, Ángel Luis Sánchez Gil, denunció que el ajuste que sufre el sector “es muy duro” y mostró su confianza en que el Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI) permita seguir construyendo las que necesita España “porque no podemos pensar que hemos terminado el trabajo”.
A este respecto, advirtió de que el PEI debe ser complementario y no sustitutivo de la inversión pública y pidió una mayor determinación para que se ponga en marcha y se disipe la desconfianza de las entidades financieras.
El director general de Construcción de Sacyr, Ignacio Arjona, defendió que ante los actuales problemas de liquidez se debe producir una intensificación de la internacionalización y ejemplificó las posibilidades de las empresas españolas en el hecho de que poseen 50 de las tuneladoras más modernas que hay en el mundo.
También expresó sus “esperanzas” en el PEI, que “está arrancando y permite seguir moviendo la rueda porque si en el momento actual se parara, sería fatal para España y para el propio sector”.
Por último, el director de Negocio Internacional de Acciona Infraestructuras, José Valen, se refirió a las dificultades a la hora de llevar a cabo obras en el extranjero por las diferencias burocráticas y en la forma de trabajar. “Nos tenemos que adaptar, porque estamos malacostumbrados a hacer mucho en poco tiempo”, concluyó.