Las grandes fortunas cobran una paga extra de casi 1.600 millones de euros en dividendos

Pese a la crisis económica y la tormenta bursátil, las familias más ricas del país han cobrado una paga extra de 1.594 millones de euros gracias a los dividendos recibidos por las participaciones que mantienen en las empresas del Ibex-35 correspondientes a 2010. Las grandes fortunas no cuentan con una nómina, sino que sus ganancias proceden de sus inversiones o sus propias empresas.

Amancio Ortega, el dueño de Inidtex, las hermanas Koplowitz, los Albertos, la familia March o la Del Pino son algunos de los afortunados que han engordado sus bolsillos por las retribuciones económicas que han repartido las grandes compañías a sus accionistas con cargo al ejercicio 2010.

Una vez recibida esa paga extra, estas grandes fortunas tienen que rendir cuentas ante Hacienda. Si hacemos los cálculos, las arcas públicas deberían haber recaudado por esos casi 1.600 millones de euros unos 334 millones de euros.

Los dividendos se deben tributar como impuesto del ahorro en la declaración de la renta. Según la normativa, los primeros 1.500 euros que cualquier persona ingrese por el cobro de un dividendo están exentos de cualquier gravamen. Para los siguientes 6.000 euros se debe hacer una retención del 19%. Más allá de esa cifra la tributación asciende al 21%.

Con el fin de que las grandes fortunas aporten más a las arcas públicas, muchos expertos han sugerido elevar el gravamen del impuesto del ahorro. Es decir, pasar de ese 21% al 30% (que es el tipo de Sociedades), ya que esa subida afectaría a los más ricos y no a los pequeños inversores.

Si se hubiera efectuado ese incremento en el tipo impositivo, las arcas públicas hubieran recaudado casi 476 millones de euroso lo que es lo mismo 141 millones euros adicionales a lo realmente ingresado.

Se puede pensar que no es una cantidad tan alta, pero hay que tener en cuenta que los cálculos se han hecho sólo sobre los ingresos de 18 grandes fortunas con sus inversiones en 17 empresas españolas (las del selectivo grupo de las 35 con mayor volumen en bolsa). De manera que los casi 1.600 millones de euros es simplemente una de las vías por la que engrosan sus bolsillo estos adinerados.  

Si miramos el gráfico, la mayoría de esos ricos han recibido esas jugosas cantidades por las acciones que tienen en sus propias empresas. Este es el caso de Amancio Ortega. El empresario gallego y dueño del mayor imperio textil del mundo ha cobrado ni más ni menos que 592 millones de euros por los dividendos repartidos por Inditex con cargo al ejercicio 2010.

Está claro que el que más gana es el que paga más impuestos. En este caso, el empresario hipotéticamente hubiera tenido que pagar al fisco 124 millones de euros. Digo hipotéticamente porque la mayoría de los ricos no cobran a título personal esos dividendos, sino que esas ganancias se transfieren a unos vehículos de inversión conocidos como sicavs, cuya tributación es del 1%.

La familia Del Pino, propietaria de Ferrovial y con inversiones en el grupo de distribución Ebro Foods y Acerinox, se ha embolsado cerca de 151 millones de euros gracias a los dividendos. No obstante, el grupo de infraestrucutura ha participado más en esa paga extra.

En el tercer puesto se encuentran los March. Con la retribución económica de ACS, así como la procedente de sus paquetes accionariales en Acerinox, Indra y Ebro Foods, le han dado una cosecha jugosa de 136 millones de euros. Para los Entrecanales, Acciona es el alma de la familia pero también su vía de ingresos, ya que con su dividendo han recibido un cheque de 116 millones de euros.

Aparte de las familias empresariales, en ese ranking de fortunas se encuentran los primeros espadas de grandes compañías. Este es el caso de César Alierta, el presidente de Telefónica. Al ser accionista de la compañía con 4,3 millones de títulos de la operadora ha cobrado seis millones de euros en concepto de dividendos.

Ese es el mismo caso del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que ha percibido una cantidad inferior: 1,3 millones de euros. Pero el caso más notorio es el de su rival, Florentino Pérez, primer ejecutivo de ACS. El empresario maneja más de 39 millones de acciones del grupo de infraestructuras, por lo que ha recibido 81 millones de euros.