Hablan los expertos: subir los impuestos a los ricos es poco eficaz para el déficit

  • Expertos en fiscalidad creen que subir los impuestos a los ricos españoles es una medida para lavar su imagen. En su opinión, elevar la presión fiscal a los más adinerados no solucionará el problema de déficit de la economía española. La solución está en hacer aflorar la economía sumergida, que permitiría engrosar las arcas públicas con 38.000 millones de euros más.  
Carmen Canfrán

Subir los impuestos a los ricos. Es la comidilla política en toda Europa. Francia, Portugal, Alemania e Italia ya han elevado las obligaciones fiscales a las rentas más altas. Ahora le toca el turno a España que no termina por decidirse.

Con esta medida, los países europeos pretenden engrosar sus arcas públicas que flaquean ante el enorme gasto social y la falta de ingresos por el freno de las economías. El Gobierno de Zapatero también persigue el mismo objetivo y se espera que haga un movimiento al respecto en breve.

Sin embargo, según expertos en fiscalidad, subir los impuestos a los adinerados no es la solución perfecta para reducir el déficit, que se prevé que alcance un máximo de 60.000 millones de euros a final de este año. Por unanimidad, elevar la previsión fiscal a las grandes fortunas es una medida más bien de cara a la galería y ejemplarizante, pero no resuelve el problema de deuda.

En España, sólo hay 6.829 contribuyentes que declaran al fisco unas rentas superiores a los 600.000 euros y 3.000 que sus ingresos superan el millón de euros. Por lo tanto, si se les sube los impuestos, la recaudación anual no llegaría a los 200 millones de euros cada año, según los primeros cálculos de Gestha, el sindicato de los Técnicos de Hacienda.

Para el profesor de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Navarra, Eugenio Simón Acosta, subir los impuestos no acabaría con los problemas de la economía española ya que, a su juicio, el mal no radica en la deuda, sino en el desempleo, la falta de austeridad y productividad.

Este experto recuerda que en 1998 se bajó el IRPF y aumentó la recaudación fiscal porque se dio un empujón a la actividad económica con esa rebaja de los impuestos.   

Entonces, ¿cuál es la solución para llenar las arcas públicas? Todos los expertos coinciden en implantar medidas para aflorar la economía sumergida. No hay datos oficiales, pero según estudios de Funcas y Gestha, este tipo de actividad se sitúa entre el 20 y 25% del PIB.

Estamos hablando de 240.000 millones de euros. Por este dinero no declarado, el fisco ha dejado de ingresar la escalofriante cantidad de 90.000 millones de euros.

Está claro que ese dinero en negro hace un agujero bastante grande a las arcas públicas. De hecho, según los cálculos de Gestha, si se redujese ese nivel 10 puntos y se situase en la media de la UE, que oscila entre el 10% y 12%, Hacienda tendría unos ingresos adicionales de 38.000 millones de euros, aproximadamente. Más de la mitad del déficit que el Ejecutivo baraja para finales de 2011.

Poco margen para el IRPF

Las dos bazas con las que juega el Gobierno de Zapatero para subir los impuestos a los ricos es resucitar el Impuesto de Patrimonio o elevar los tipos máximos del IRPF.  Un tema delicado porque sus efectos pueden ser adversos. Por ejemplo, la fuga de capitales de los multimillonarios a otros países europeos.

¿Cuál es la diferencia entre ambos gravámenes? La competencia legislativa del IRPF es estatal, mientras que la del Impuesto de Patrimonio es autonómica, explica un fiscalista de una firma internacional que prefiere mantenerse en el anonimato (ya que, precisamente, trabaja para grandes fortunas).

Otra diferencia es que con el primer gravamen se recauda más que con la reinstalación del segundo, explica otro analista de otro despacho especializado en fiscalidad.  

A la hora de elegir entre incrementar la factura fiscal con el IRPF o el Impuesto de Patrimonio, la mayoría de los expertos calculados prefieren la primera opción. Al igual que los empresarios. El presidente de la patronal (CEOE), Juan Rosell, ha dejado la puerta abierta al Gobierno para subir los impuestos a este colectivo.

Sin embargo, los expertos creen que hay muy poco margen para elevar el tipo impositivo del IRPF correspondiente a las rentas anuales superiores a 175.000 euros. Ahora, se grava un 45% esos ingresos, pero en algunas comunidades como Cataluña llega a ser del 49%.

Si se sube más de un punto, Hacienda se quedaría más de la mitad de las rentas, por lo que pasaría a ser un gravamen "confiscatorio", explica un experto. La comunidad internacional cree que un tipo impositivo superior al 50% sobre las rentas reduce paulatinamente el patrimonio del constribuyente.

El regreso del Impuesto de Patrimonio

El caso del Impuesto de Patrimonio es diferente. La filosofía inicial de este gravamen era la de controlar los bienes y evitar evasión fiscal, por lo que no perseguía recaudar dinero, señala una consultora que prefiere no revelar su nombre.

El problema es que ese gravamen no lo pagaban los ricos porque distribuían los inmuebles o las acciones en empresas familiares. Este tipo de compañías tienen una bonificación del 95%, por lo tanto sólo tributaban el 5% del valor de esas empresas.

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