Las naranjas se saltan el intermediario

  • Cada vez más agricultores rodean la gran distribución para llegar directamente al consumidor.
Las naranjas se saltan el intermediario
Las naranjas se saltan el intermediario
lainformacion.com
Sara Acosta

La empresa familiar Naranjas del Júcar, en Valencia, decidió el año pasado sacar parte de su producción de los canales tradicionales de distribución. "Nos habían dicho que algunos agricultores empezaban a vender por Internet, y nos lanzamos", explica Gracia, miembro de la compañía.

Les empujó el estrecho margen de beneficios que deja la sucesión de intermediarios desde que la fruta se cultiva hasta que llega  a la cesta de la compra del cliente. En ese camino, el precio puede sufrir un incremento de hasta cinco veces. El gran perdedor es el agricultor, para el que los precios siguen intactos desde hace 30 años. También pierde el producto.

Según esta cadena, la naranja sale verde del árbol y sólo se tornará naranja tras largos periodos en cámaras frigoríficas en su desplazamiento, ayudada por conservantes. "Al final, no sabe a nada", explican desde la compañía. ¿La alternativa? Acudir directamente al consumidor, con productos de mayor calidad, es decir, ecológicos.

Naranjas del Júcar vende del "árbol a su casa" 15 kilos de naranjas navelinas por 27 euros, que el cliente recibe en casa en 24 horas desde la compra. Aunque por ahora esta opción sólo representa el 5% del negocio, la empresa espera que "se convierta en una opción económica cada vez más sólida", explican desde la compañía.

Por el momento, el consumo de productos de agricultura ecológica sólo representa el 2% en España. Se produce mucho más, pero se va al mercado extranjero, más maduro, que encabeza Alemania. La escasa demanda complica la distribución, donde se localiza el cuello de botella para llegar hasta el consumidor. Los productos ecológicos se producen en menor volumen y sus periodos de cultivo y comercialización no coinciden con la distribución tradicional.

Por ello, la asociación Red Calea en Extremadura promueve un mayor control de la producción y de la venta entre los agricultores. No está siendo fácil. La mayoría de agricultores desconfía de todo lo que tenga la etiqueta de "ecológico" y siguen dentro de la gran distribución, pese a que pierden dinero. Para frenar este círculo, la responsable de la asociación, Beatriz Fadón, ha creado una red de formación y asesoría para los  productores, y la tienda on-line: www.larecolecta.com.

La leche también empieza a sumarse a esta nueva forma de venta más directa. La lechería cántara ha sido una de las primeras enseñas en España que distribuye leche mediante máquinas expendedoras, en Cantabria. Como si de una máquina de Coca-cola se tratara, basta meter una moneda de un euro en la máquina, poner una botella debajo del surtidor y esperar a que se llene con un litro de leche fresca. Cataluña, País Vasco, Navarra, Galicia y Madrid ya se han sumado a la iniciativa.

¿Y el pescado? Aún es posible comer pescado salvaje, y sostenible. La cooperativa Lonxanet (www.lonxanet.com) surgió de la iniciativa de las cofradías de la bahía de Lira, en Galicia. El susto que dejó el chapapote del Prestige en la costa gallega empujó a los pescadores de esta zona a unirse y salvar su profesión, salvando su materia prima. La fundación Lonxanet ha creado una reserva pesquera, cerrada a la pesca durante varios meses al año para permitir que se regenere. Los beneficios se reparten con los pescadores, en una iniciativa de comercio justo, y el pescado llega en 24 horas en toda la península.

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