Las participaciones fallidas de Blesa y la sombra inmobiliaria marcan la fusión

  • El matrimonio de Cajamadrid y Bancaja da lugar a un gran grupo con más sombras que luces en sus participaciones empresariales. En ambas entidades las hay de altos vuelos y otras muy cuestionadas y de difícil recuperación. Ambas cajas se unen marcadas por el peso de una alta exposición al sector inmobiliario.
E.Utrera

La integración de las cajas madrileña y valenciana da lugar a un grupo con participaciones en empresas para todos los gustos. Hay un alto peso del sector inmobiliario en una fusión marcada también por las últimas adquisiciones de la caja madrileña en la etapa final de mandato de Miguel Blesa.

Cibeles agrupa los negocios financieros de Caja Madrid. El hólding reúne el negocio bursátil, de pensiones, de fondos de inversión y la participación del 38,5% en Banco Inversis. También se incluyen las participaciones en el banco privado Altae, en la sociedad compartida con Mapfre en el negocio de seguros y en las entidades de financiación, así como en las dos grandes patas internacionales del grupo: la mexicana Hipotecaria Su casita y la estadounidense City National Bank of Florida.

El antecesor de Rodrigo Rato en la presidencia de la caja, Miguel Blesa, intentó sin éxito sacar el grupo a bolsa a finales de 2008, en pleno terremoto en los mercados por la quiebra de Lehman Brothers. A principios de aquel ejercicio, Cibeles fue valorada en 2.500 millones de euros, cifra que rebajó hasta una horquilla entre los 1.750 y los 2.000 millones de cara al luego frustrado debut en el parqué.

Hoy, algo más de año y medio después y en pleno recrudecimiento de la crisis, el valor de las participaciones de Cibeles ha sufrido nuevos descensos en línea con la pérdida de atractivo general de los negocios financieros. De momento, la salida a bolsa está paralizada sine die a la espera de tiempos mejores.

La otra gran pata es la Corporación Financiera Cajamadrid, que agrupa las participaciones del 23% en Iberia, del 20% en Indra, del 10% de NH Hoteles–donde Bancaja controla un 5,6%-, el 27,65% de Realia y los paquetes de acciones en Mecalux –la OPA de exclusión lanzada este mismo año supuso para Caja Madrid reconocer una pérdidas de 68 millones de euros- y Global Vía.

Mención aparte merece la entrada en el capital de SOS, una de las herencias de Blesa que Rato deberá gestionar con más tacto. Por el 10,5% del capital del grupo alimentario pagó 130 millones de euros, justo antes de que se destaparan las irregularidades contables que terminaron con la aventura de los hermanos Salazar en la compañía. Hoy, este paquete de la caja madrileña no vale más de 24 millones de euros. El objetivo es vender esta participación después del verano.

Bancaja también cuenta con importantes inversiones financieras. La más importante es la del 38% de Banco de Valencia. Además, el grupo cuenta con un fuerte peso en el negocio de fondos de inversión, tiene un 24% del fallido proyecto Terra Mítica y un 30% de Aguas de Valencia. Además, la caja que preside José Luis Olivas tiene el mencionado 5,6% de NH Hoteles, el 5,73% de Iberdrola y el 5% de Enagas. Un trío de participaciones valorado a precios de mercado en 1.785 millones de euros.

El lío inmobiliario

Las dos cajas suman con la integración un buen número de problemas inmobiliarios. Son dos de las entidades más expuestas al negocio del ladrillo tras haber participado en la financiación de buena parte de las grandes operaciones corporativas durante el boom inmobiliario en España.

Bancaja es junto a la CAM el principal acreedor de Polaris World y ha sido atrapada en suspensiones de pagos multimillonarias como la Tremón o Martinsa Fadesa, donde su ya compañero de viaje tenía una altísima exposición. La caja valenciana tiene aún más de un 5% de esta última inmobiliaria y casi el 3% de Colonial, que recientemente ha refinanciado su deuda con los bancos acreedores.

Como Caja Madrid, que tambien se la juega en las negociaciones para reestructurar la deuda de otro gigante del sector como Metrovacesa, Bancaja es también acreedor de Reyal Urbis, otras de las inmobiliarias que se las ha visto y se las ha deseado para cerrar un acuerdo con los bancos.

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