Latinoamérica no es consciente de su poder negociador con China, dice experto

  • En los últimos años China ha desarrollado intensas relaciones comerciales con África y América Latina, de donde obtiene importantes cantidades de recursos naturales, pero a menudo los países en ambas regiones no son conscientes de su buena posición negociadora ante Pekín.

Shanghái (China), 9 dic.- En los últimos años China ha desarrollado intensas relaciones comerciales con África y América Latina, de donde obtiene importantes cantidades de recursos naturales, pero a menudo los países en ambas regiones no son conscientes de su buena posición negociadora ante Pekín.

Así lo explicó a Efe el doctor Harry Verhoeven, coordinador de la Red China-África del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford, en el marco de un foro de estudiosos internacionales de China celebrado en Shanghái en torno a la idea del "sueño chino" que busca Pekín.

Según Verhoeven, la misma conclusión que saca sobre África en sus relaciones con China se puede aplicar a los países latinoamericanos que suministran de materias primas al gigante asiático, ya que incluso un país que se pueda percibir como relativamente débil internacionalmente tiene capacidad de marcar sus condiciones.

"De acuerdo con mi experiencia, incluso un país débil puede hacerlo, y es que de hecho, en el caso de China, gran parte del milagro chino está basado en gran parte en África y en Latinoamérica", sin cuyo estratégico suministro de materias primas el actual desarrollo del país oriental no habría sido posible, dijo.

"Para mantener la maquinaria en funcionamiento China necesita cantidades formidables de recursos, de acero, de petróleo, de uranio, de cobre, de cobalto", explicó, por lo que "no se puede entender lo que está pasando aquí (en China) sin comprender lo que está pasando allí (en África y Latinoamérica)".

Por eso, insistió, los gobiernos de ambas regiones "están en una posición negociadora mucho más fuerte de lo que a menudo se dan cuenta que tienen", por lo que recomendó mantener las políticas de cara a la inversión extranjera que beneficien a su país, independientemente del peso del interlocutor con el que negocien.

"Se puede decir a una empresa que no es aceptable que se traiga a 5.000 trabajadores de China cuando tienes en tu país a tu propia gente que puede hacer el trabajo", puso por ejemplo, al recordar casos en África.

De la misma manera se le puede exigir que cumpla con las normas laborales o medioambientales que se apliquen en su país.

"Sólo así es como no desperdiciarás esta oportunidad, porque todos los números (resultado de hacer negocios con China) al final pueden no significar nada (para el desarrollo del propio país) si te limitas a repetir los errores del pasado" ante empresas europeas y norteamericanas, aseguró.

"Las relaciones en las que ambas partes ganan no se hacen automáticamente, no todo el comercio es bueno, eso sólo ocurre cuando la gente hace que sea así", subrayó, "por supuesto no se puede culpar a los chinos, o a quien sea, de una regulación pobre por parte de los gobiernos nacionales".

"China es una oportunidad, pero hay que actuar de manera inteligente para aprovechar esa oportunidad", agregó.

"Como cualquier otro país, China no te va a salvar a ti ni a nadie, va a buscar beneficios" a su inversión, de ahí la importancia de buscar un comercio lo más justo y beneficioso para ambas partes posible, concluyó.

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