Líder republicano insistirá en recortar gastos para elevar tope de deuda EEUU

  • El presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner, dijo hoy que se opondrá a cualquier aumento del techo de deuda nacional que no incluya el mismo nivel de recortes de gasto, con lo que se prevé un nuevo choque con la Administración del presidente Barack Obama.

Washington, 15 may.- El presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner, dijo hoy que se opondrá a cualquier aumento del techo de deuda nacional que no incluya el mismo nivel de recortes de gasto, con lo que se prevé un nuevo choque con la Administración del presidente Barack Obama.

"Cuando llegue el momento, insistiré en mi simple principio de cortes y reformas mayores que el aumento del tope de deuda. Es el único modo que veo ahora para forzar a los líderes electos de este país a solucionar nuestro desequilibrio estructural", afirmó Boehner en una conferencia sobre fiscalidad en Washington.

De este modo, se prevé que se repita a finales de este año la disputa entre republicanos y demócratas que tuvo lugar en 2011 para elevar el tope de deuda y evitar que Estados Unidos se vea obligado a declararse en suspensión de pagos.

Los analistas esperan que el Gobierno de EEUU vuelva a alcanzar el tope de endeudamiento actual de 16,3 billones de dólares a comienzos de 2013.

En la misma conferencia, el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, lanzó de nuevo sus dardos contra los republicanos a quienes acusó de "irresponsables" y señaló que no se puede cuestionar la solvencia del país.

"Este compromiso de hacer frente a las obligaciones del país, este compromiso es fundamental para garantizar la solvencia, y no se puede poner en duda o violar", dijo.

Sin embargo, Geithner expresó su confianza en que se pueda hacer "sin el drama y el daño causado al país el pasado julio".

"El verdadero problema proviene de no hacer nada, la austeridad es lo que será necesario si no hacemos nada ahora", replicó Boehner, quien lideró las negociaciones con Obama y los demócratas para alcanzar un acuerdo temporal.

Tras un interminable tira y afloja, los dos principales partidos políticos estadounidenses acordaron el pasado año en el último momento un subida "in extremis" del tope de deuda, con la condición de que se aprobara un nuevo plan presupuestario para finales de 2012.

Los desacuerdos se saldaron con una ley que aumentó el techo de la deuda -que hasta ese momento era de 14,2 billones de dólares- en 2,1 billones de dólares en tres fases, a cambio de medidas para reducir 2 billones de dólares del abultado déficit de EEUU en los próximos 10 años.

De no alcanzarse un nuevo plan presupuestario este año, se aplicarán recortes automáticos en numerosas áreas básicas como sanidad o defensa y se suprimirá la exención fiscal para muchos ciudadanos extendida por Obama el pasado año.

Pese al acuerdo de última hora el año pasado, la incertidumbre política y económica generada condujo a la rebaja de un escalón por primera vez en la historia de la nota crediticia de EEUU por parte de la agencia de calificación Standard & Poor's, de AAA, la máxima posible, a AA+.

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