Líderes UE rebajan el calendario supervisor bancario para limar diferencias

  • Los líderes de la UE rebajaron hoy el calendario para la puesta en marcha del supervisor bancario único de la eurozona ante las divergencias entre Francia y Alemania y otros socios sobre la fecha efectiva de su entrada en vigor.

Bruselas, 18 oct.- Los líderes de la UE rebajaron hoy el calendario para la puesta en marcha del supervisor bancario único de la eurozona ante las divergencias entre Francia y Alemania y otros socios sobre la fecha efectiva de su entrada en vigor.

Los líderes pactaron hoy un cambio en el texto de las conclusiones de la cumbre europea, en el que se comprometen a "acordar" las propuestas legislativas para la creación de un supervisor bancario único antes de finales de año, dijeron fuentes diplomáticos.

En la versión inicial el objetivo de la UE era "completar" el trabajo hasta el 31 de diciembre para que entrara en vigor la primera fase de la supervisión el primero de enero de 2013.

España, Francia e Italia llegaron a la cumbre con la intención de presionar a favor de una rápida puesta en marcha del supervisor bancario, articulado en torno al Banco Central Europeo (BCE), mientras que Alemania y otros países abogaban por dilatar los plazos.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo a su llegada a la cumbre europea que quería avanzar "con rapidez pero con mucho rigor" en los trabajos, una línea que apoyaron el finlandés Jyrki Katainen, y el sueco, Fredrik Reinfeldt.

Por contra, el presidente francés, François Hollande, consideró una gran prioridad establecer el supervisor bancario único antes de fin de año.

La puesta en marcha del supervisor bancario es una precondición para que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) pueda recapitalizar directamente a la banca en dificultades, una herramienta que aspira utilizar España para limitar el impacto en sus cuentas de la ayuda pública en la reestructuración del sector financiero.

Sin embargo, el Gobierno español no considera fundamental este asunto al estimar que ya están muy limitadas las necesidades de capital de la banca, que supondrían 4 puntos del PIB.

La supervisión bancaria y la recapitalización directa se acordaron en la cumbre de junio pero en los últimos meses varios de sus puntos más importantes han sido reabiertos por algunos países, fundamentalmente por Alemania, Finlandia y Holanda.

Berlín ponía en duda el calendario, al igual que el propio presidente del BCE, Mario Draghi, que recientemente dijo ante el Parlamento Europeo que necesitará un plazo de un año para adaptar sus estructuras y ser capaz de asumir la tarea de supervisar los bancos de la eurozona, lo que ampliaría la fecha hasta 2014.

El cambio en el texto de las conclusiones podría significar un retraso de los planes de la Comisión Europea (CE), que el pasado 12 de septiembre presentó sus dos propuestas legislativas al respecto, una sobre el supervisor y otro reglamento para enmendar parte el sistema de votación en la Autoridad Bancaria Europea (ABE).

Según el plan de la CE, la nueva supervisión debería entrar en vigor por fases desde el primero de enero de 2013.

En una primera etapa controlaría los bancos que hayan recibido o pedido ayudas públicas, mientras que a partir del primero de julio lo serían los que pueden ocasionar una situación de riesgo sistémico y, comenzando en la misma fecha de enero de 2014, las 6.000 entidades de la zona del euro.

Alemania no quiere que el supervisor vigile a toda la banca, especialmente no a sus bancos regionales.

Tampoco quiere que en la recapitalización directa se incluyan los activos heredados (al igual que Finlandia y Holanda), que en la práctica son las ayudas ya concedidas a la banca.

El propósito de esta herramienta es romper el vínculo vicioso entre la banca y la deuda soberana tal y como se acordó en junio pasado.

A ese respecto fuentes comunitarias indicaron que Merkel tendrá que "elegir en las negociaciones" entre rechazar que la recapitalización directa para España sea posible antes de las elecciones alemanas de septiembre de 2013 o evitar que la supervisión de las cajas alemanas pase a manos europeas antes de los comicios.

Los líderes de la UE tienen que aprobar el nuevo papel del BCE por unanimidad, lo que implica que también los países de fuera del euro que no participen en el supervisor tengan que dar su visto bueno.

La cuestión de la recapitalización directa y de si tendrá o no carácter retroactivo quedará en manos de los ministros de Finanzas, según las conclusiones que prevén aprobar los líderes.

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